La información del país, en manos de los servicios secretos militares
La Brigada de Relaciones Informativas, dependiente del Centro Superior de Información de la Defensa (CESID) y adscrita a la Brigada de Interior, aunque sin ninguna subordinación a ésta, tiene acceso a los archivos generales de la Comisaría General de Información, auténtica columna vertebral del servicio de información de la policía española, según han asegurado fuentes policiales. El más importante servicio de inteligencia militar controla, pues, a través de la mencionada brigada, toda la información del país con su acceso al único servicio de información civil. Por el contrario, la policía no dispone de acceso institucional a la información del CESID.Mariano Baniandrés, designado jefe de la Brigada de Interior cuando llegaron los socialistas al Gobierno y destituido tras seis meses de gestión, denunció a los responsables del Ministerio del Interior el control de la información reservada de la policía española por parte de esta brigada dependiente del CESID y su negativa a que informara a los responsables civiles de la Comisaría General de Información. Sin embargo, la denuncia de
Baniandres y su solicitud de que la Brigada de Relaciones Informativas respondiera de sus actividades ante los responsables civiles de la policía no fue atendida. Mariano Baniandrés fue destituido a finales de junio de 1983, después de que intentara que la citada brigada del CESID respondiera de su actuación ante los mandos civiles o, en caso contrario, se integrara completamente en el servicio de inteligencia militar y se desposeyera a la misma de su acceso al archivo de información de la Comisaría General de Información.
La actuación de Baniandrés estaba de acuerdo con la línea adoptada inicialmente por el PSOE de unificar los servicios de información y convertirlos en un servicio de inteligencia dependiente directamente de Presidencia del Gobierno y con una dirección civil. El subsecretario del Ministerio del Interior, Rafael Vera, es uno de los principales encargados de reorganizar los servicios de información, y ya comentó al principio de la gestión socialista que el Gobierno tenía previsto llevar a cabo paulatinamente una reestructuración de los servicios de inteligencia con el objetivo de que fueran dirigidos por civiles de absoluta confianza y dependieran directamente de la Presidencia del Gobierno, como ocurre en la mayoría de los países democráticos. La intención del Gobierno también consistía en acabar con la falta de coordinación, y en algunos casos de eficacia, por disputas y protagonismos de los distintos servicios.
Policías, guardias civiles y militares
Hasta la llegada del Gobierno socialista, el comisario que dirigía la Brigada de Relaciones Informativas era propuesto por el CESID, y esta situación se mantiene, a pesar de que Baniandrés intentó que ese puesto fuera propuesto y designado por el Ministerio del Interior.
La Brigada de Relaciones Informativas está actualmente dirigida por el comisario Tornero, que fue designado para el puesto a propuesta del CESID, órgano de inteligencia que dirige el general Alonso Manglano. La citada brigada depende del teniente coronel Ruiz, a quien apodan el Conejo, y está compuesta por inspectores de policía, miembros del servicio de información de la Guardia Civil y militares.
Fuentes consultadas por este periódico han afirmado que es prácticamente seguro que el jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, general Andrés Casinello, quien aglutina el servicio de información de la Guardia Civil, controla, a través de miembros de este cuerpo adscritos a esa brigada, la información de la Comisaría General de Información. Casinello fue destinado en 1970 al Servicio Central de Inteligencia -servicio secreto creado por Carrero Blanco-, y en 1976 el entonces presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, le nombró director de este servicio, que se convertiría más tarde en el CESID al fusionarse con la División de Inteligencia del antiguo Alto Estado Mayor en 1977.
Casinello, como jefe de ese servicio, siguió directamente los acontecimientos de la transición. Posteriormente fue destinado en 1978 a los servicios de información de la Guardia Civil, donde permaneció hasta su destino actual.
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