Un buen año para la OTAN
La OTAN puede ser uno de los pocos éxitos de la política de seguridad nacional del período Reagan. Los resultados finales todavía no han sido estimados, pero suficientes progresos se han producido para el hombre que cuenta más en los asuntos de la OTAN en estos tiempos, el senador Sam Nunn, de Georgia, quien, con el senador William Rotle, de Delaware, habían sostenido que la Alianza se encontraba el año pasado en un punto muerto.En esa época propusieron una enmienda pidiendo a los miembros europeos de la OTAN mejorar sus capacidades rápidamente para poder enfrentarse a un ataque convencional; de otra forma, los americanos se verían obligados a reducir el nivel de sus tropas en Europa.
La enmienda no fue aprobada, pero la OTAN recibió el mensaje. Su nuevo secretario general, lord Carrington, convenció a- sus miembros de que lo que se consideró en un principio como un diktat americano, amenazador e intervencionista, constituía una gran oportunidad política. La Alianza cumplió las exigencias en lo que se refiere a las municiones y a la infraestructura. ( ... ) Pero hay una nueva enmienda del senador Nunn sobre la alarmante disparidad existente entre los gastos de la Alianza Atlántica y del Pacto de Varsovia y de lo qué obtienen ambas coaliciones militares por esos dispendios. Los europeos han realizado el objetivo de un aumento del 3% en gastos-militares de defensa; Estados Unidos ha gastado 120.000 millones de dólares. Antes de estos aumentos, sin embargo, la OTAN gastaba más que los países del Pacto de Varsovia y producía menos. ( ... )
El problema, dice Nunn, es que los países de la OTAN se desarrollan despilfarrando y construyendo sistemas competitivos.
29 de mayo
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.