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Reportaje:Impacto del cambio tecnológico en las democracias industriales

El paro y la criminalidad constituyen hoy las preocupaciones dominantes en las democracias industriales

La encuesta del Instituto Atlántico para Asuntos Internacionales, promovida por un grupo de periódicos, está constituida por seis preguntas, una de las cuales puede considerarse como "barómetro de las preocupaciones principales" que tienen los ciudadanos de los ocho países encuestados. Esta pregunta se ha efectuado de idéntica forma en los años anteriores y desde 1982, permitiendo así analizar la evolución de ese conjunto de problemas y del grado de prioridad que dan los entrevistados a su importancia y gravedad.La encuesta ha sido coordinada internacionalmente por el Instituto de Sondeos Louis Harris, y ha contado en España con la colaboración y apoyo técnico del Servicio de Estudios de EL PAIS. Los siguientes diarios, junto con EL PAIS han patrocinado la pros peccion y hoy mismo publican simultáneamente sus resultados: Aftenposten. (Noruega), Asahi Shim bun (Japón), Financial Times (Reino Unido), H - Sole-24ore (Italia), Le Figaro (Francia), USA-Today y periódicos del grupo Gannett (EE UU), Westdeutscher Runfunk y Die Zeit (ambos de la RFA), e International Herald Tribune (con sede en París).

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Por encima de todo y a mucha distancia de los restantes problemas, el desempleo se revela como el más grave. Por ejemplo, el 89% de los españoles y el 80% de los franceses dice que ésta es su principal preocupación; siguen Italia, RFA, Reino Unido y Noruega, con porcentajes en tomo a los dos tercios,, pero también considerando el paro como su más grave problema. Estados Unidos confiere al desempleo un grado de importancia sólo ligeramente superior al de la criminalidad. Tan sólo Japón sitúa el paro (16%) muy al final de sus preocupaciones dominantes, por detrás del miedo a las armas nucleares y la amenaza de guerra. Pese a que las cifras reales de paro en cada uno de los países estudiados son bastante diferentes entre sí, la percepción subjetiva de la opinión pública insiste en atribuir a este problema el grado de máxima relevancia: por ejemplo, Noruega y Japón sólo tienen un 3% de parados, según la OCDE, pero el 59% de los noruegos conceptúa este aspecto como el más grave de su país; en cambio, para los japoneses es un asunto de sexto o séptimo orden. En España se da un 22% de parados, casi tres veces más que en Francia, pero para la opinión pública de ambos países y en porcentajes del 89% y 80%, respectivamente (es decir, casi toda la población), el problema del desempleo es más preocupante muy por encima de todos los demás.

Por primera vez en los cuatro años en que viene realizándose esta encuesta, la criminalidad y la delincuencia han saltado al segundo puesto de las preocupaciones sociales en estos ocho países, inmediatamente después del desempleo. En los años precedentes, las amenazas de guerra y de uso de armas nucleares ocupaban ese mismo puesto, pero en 1985 más de un tercio de los entrevistados, globalmente considerados, expresa que éste es su problema más trascendente; destacan Italia, con el 55%, como el país más preocupado por la criminalidad, y Noruega (18 %) como el que menos relevancia le atribuye. El Reino Unido y EE UU sobrepasan en este, porcentaje (en ambos países el 42%) a los de otros problemas, como la guerra o las armas nucleares.

Parece, pues, que prima lo próximo e inmediato sobre cualquier otra consideración de problema generalizado y presuntamente lejano. Los entrevistados contemplan la realidad del entorno: parados y delincuentes, como la más grave amenaza para la estabilidad de sus países y de ellos mismos.

Este indicador subjetivo sobre la preocupación dominante que durante estos cuatro años ha mostrado tal evolución debe ser tenido en cuenta en su verdadera significación, porque a la vez representa las señales sobre aquello que la sociedad exige que los poderes públicos resuelvan con prioridad sobre lo demás; nada más urgente que esto, dicen los entrevistados.

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España e Italia son los países que. en mayor porcentaje sienten la amenaza de guerra (44% y 42%, respectivamente) y el miedo a las armas nucleares. A no mucha distancia se sitúan Japón y Francia. El mundo latino europeo y los japoneses son dos áreas geógráficas donde, quizá por razones históricas, la guerra supone una constante preocupación.

En cambio, y sorprendentemente, la República Federal de Alemania, el Reino Unido, Noruega y EE UU sitúan estos problemas a nivel inferior al de los otros cuatro países; por ejemplo, en la República Federal. de Alemania sólo el 14% de los entrevistados estima que la guerra es su preocupación más importante; un tercio de los entrevistados de este área anglosajona manifiesta su miedo a las armas nucleares, aunque siempre menos preocupado que por el paro y la criminalidad.

Al comparar los datos de este año con los anteriores, se observa un curioso fenómeno de dirección contraria entre los dos indicadores subjetivos. Con alguna excepción, que podría incluso ser atribuida al margen de error estadístico de la encuesta, cabe afirmar que disminuye la sensación de amenaza de guerra y crece el miedo a las armas nucleares. Bien mirado, ese contraste no carece de lógica ni de sentido común. El otro indicador sobre defensa inadecuada parece demostrarlo, porque casi ningún país estima que éste sea un problema preocupante: salvo EE UU, con el 14%, el restó muestra una clara despreocupación acerca de los temas de defensa y probablemente consideran suficientes los sistemas actuales.

Con excepción de Japón, cuyo 29% de entrevistados afirma que la crisis energética -representa su problema preponderante, en el resto de los países ha disminuido de modo bastante sensible esta preocupación: la comparación de los datos de este indicador entre 1982 y 1984 parece invitar a la conclusión de que, en efecto, los ciudadanos han de ado de preocuparse por la energía; apenas una décima parte de los entrevistados recuerda este tema como algo que les preocupa sobremanera.

Injusticia social e inflación

Por término medio, entre los ocho países encuestados, la injusticia social aparece en el quinto puesto de las preocupaciones dominantes, seguido por pocos puntos del problema. Lo uno y lo otro no andan nunca separados y suelen estar en relación de efecto y causa.

El 36% de los españoles y el 30% de los franceses consideran que la injusticia social es el más grave problema de sus naciones respectivas, (curiosamente, las dos únicas con Gobiernos socialistas); en el resto, excepto el Reino Unido, con el 16% (el más bajo), el porcentaje se sitúa en torno a la cuarta parte de los encuestados. Pero lo más grave es que el indicador no mejora; es decir, que los niveles de justicia social en estas ocho grandes democracias industriales no ofrecen signos de progreso, sino, al contrario, de están camiento o deterioro, como se observa en España y en EE UU.

No muy distante de estos problemas debemos situar el indicador de excesivo gasto público. Destaca, el porcentaje del 35% de entrevistados en EE UU, que considera que el Estado gasta en exceso. Pero en los demás países, las cosas siguen más o menos igual. que en años anteriores, e incluso, puede advertirse un tímido descenso del indicador al señalar el no incremento del gasto excesivo.

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