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Los palestinos denuncian asesinatos indiscriminados en los campos de refugiados de Beirut

AFP / REUTER, La guerra ha dejado parcialmente paso a la política en los campos de refugiados palestinos de Beirut, sometidos al asedio de los milicianos shiíes de Amal, que han realizado ejecuciones sumarias y asesinatos indiscriminados en los campamentos de Sabra y Chatila, según denunciaron ayer portavoces palestinos. En las últimas 24 horas, mientras se producían bombardeos esporádicos sobre el campo de Burj el Barajne, se han puesto en marcha varias gestiones simultáneas de paz para poner fin a un conflicto que ha causado ya cientos de muertos, pero que ha servido para acercar al presidente de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasir Arafat, a los grupos palestinos radicales y al líder libio, Muammar el Gaddafi.

Yasir Arafat pidió ayer al rey Fahd de Arabia Saudí y a Muammar el Gaddafi su intervención para detener la nueva "matanza" de palestinos en los campamentos de Beirut. El presidente de la OLP tenía previsto salir anoche de Amman con destino a Túnez, donde presidirá una reunión urgente del comité ejecutivo de la OLP y del Consejo Nacional Palestino (Parlamento en el exilio).Las gestiones del rey Fahd y del coronel Gaddafi se suman a los proyectos de alto el fuego presentados por el Frente de Salvación Nacional Palestino (FSNP) y el Frente Democrático para la Liberación de Palestina (FDLP), de Nayef Hawatmeh, ambas organizaciones asentadas en Damasco y rivales de Arafat. Tanto una como la otra rehúsan confiar, como preludio de una solución negociada, la seguridad de los campos a la Sexta Brigada del Ejército libanés, tal como ha propuesto el líder de Amal, Nabih Berri.

El FSNP rechaza además cualquier proyecto que suponga desarmar a los palestinos que viven en los campos. El FDLP sugiere, por su parte, el despliegue de una fuerza neutral "con la que todos estén de acuerdo" alrededor de los campos, mientras que en el interior los comités populares -una especie de asambleas de notables-, se encargarían de evitar la presencia pública de hombres armados.

El Frente Democrático Nacional libanés (coalición de partidos de la izquierda libanesa) y el líder del Partido Socialista Progresista, Walid Jumblat, que ayer viajó a Damasco, trabajan también en la búsqueda de un acuerdo entre palestinos y shiíes.

El secretario general de la Liga Árabe, Chadli Klibi, y una delegación de Argelia se han trasladado asimismo a Beirut con una oferta de mediación. El FDLP ha solicitado una reunión de la Liga Árabe "para examinar la participación del Ejército libanés en la ofensiva contra los campos".

El embajador de la URSS en Damasco, Felix Fedotov, expresó ayer al vicepresidente sirio, Abdel Jalim Jadam, la "preocupación" de su Gobierno por los sucesos de Beirut, que "sólo benefician a Estados Unidos e Israel". El vicepresidente sirio manifestó al embajador soviético, según un diario jordano en lengua inglesa, que Siria "no puede permitir a Yasir Arafat utilizar la población de los campos palestinos de Líbano para sabotear la actuación regional de Siria".

Un objetivo mínimo de las diversas gestiones de paz es la consecución de un acuerdo que permita la entrada de la Cruz Roja en los campamentos. Los funcionarios de esta organización internacional no han podido todavía entrar en Sabra y Chatila, a pesar de que Amal asegura haber alcanzado el control total de ambos campos.

Civiles palestinos huidos de los combates y refugiados en zonas bajo control druso dijeron a la Prensa que cientos de heridos están muriendo en los campos por falta de asistencia médica, agua y comida. Todas las personas interrogadas tras abandonar Sabra y Chatila hablaron de asesinatos arbitrarios de palestinos por parte de los atacantes.

Abu Ahmed, uno de los dirigentes del Frente de Salvación Nacional, denunció en Damasco que "los atacantes shiíes han volado casas y han asesinado a muchas mujeres y niños". Portavoces del FDLP dijeron que los atacantes de los campos realizan arrestos masivos y ejecuciones sumarias. Amal, por su parte, ha negado las acusaciones que se le hacen y ha asegurado que en Sabra y Chatila únicamemte han matado o detenido a combatientes palestinos.

Los milicianos shiíes, reforzados por el Ejército libanés, prosiguieron durante la noche del sábado y parte del día de ayer el bombardeo del tercer campo palestino, el de Burj el Barajne, en el que la resistencia es mayor.

En la tarde de ayer, seis proyectiles lanzados por obuses de 155 milímetros cayeron en Beirut oeste, supuestamente lanzados por grupos palestinos, que ya han intervenido varias veces a lo largo de la pasada semana en ayuda de sus compatriotas de los campos asediados.

El éxito de la unidad

Después de una semana de combates entre shiíes y palestinos, éstos han conseguido en el terreno político el éxito de la unidad, que ha llevado incluso a un acercamiento entre Arafat y uno de los dirigentes más radicales del mundo árabe, Gaddafi.

El coronel libio fue uno de los primeros jefes de Estado en condenar el ataque shií y en ofrecerse para "apoyar a los palestinos y defender los campos de Sabra y Chatila". Esto permitió que, por primera vez de forma pública desde 1982, Arafat y Gaddafi conversasen por teléfono el pasado jueves. Las relaciones entre los dos dirigentes se rompieron en 1982, durante la invasión israelí de Líbano, cuando Gaddafi aconsejó a los palestinos "suicidarse antes de evacuar Beirut". La organización palestina más prolibia, el Frente Popular para la Liberación de Palestina-Comando General, de Ahmed Jibril, estuvo posteriormente en primera línea de la lucha contra Arafat.

Las diferencias entre Gaddafi y Arafat parecen menores que la rivalidad existente entre Trípoli y la comunidad shií libanesa desde la desaparición en Libia, en 1978, del líder de esta última, el imam Musa Sadr.

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