Desaparece el recaudador municipal de Ciudad Lineal tras defraudar 79 millones de pesetas
Fermín Merino Rodríguez, de 61 años, propietario de la oficina de recaudación ejecutiva municipal de la zona de Ciudad Lineal, se encuentra en paradero desconocido desde el pasado lunes. Un arqueo realizado por personal del Ayuntamiento en la oficina citada ha establecido la existencia de un descubierto de 79 millones de pesetas, aunque la comprobación no ha terminado. Merino ejerce la profesión de recaudador desde 1949, hasta 1969 en Aravaca y más tarde en Chamartín y Ciudad Lineal. Merino vio reducida su competencia a esta última zona en junio de 1984, tras la reestructuración del ser vicio. Su oficina se encuentra en el número 396 de la calle de Alcalá.
Los indicios del fraude se observaron, según confirmaron fuentes municipales, el pasado día 17 de mayo, cuando la comisión liquidadora de cuentas, encargada de la verificación anual exhaustiva de las cuentas de los 18 recaudadores municipales, descubrió diferencias entre los recibos cobrados por Merino Rodríguez y los ingresos que había efectuado en las cuentas corrientes del Ayuntamiento. La diferencia era en aquellos momentos de dos millones de pesetas, cifra que Fermín Merino, tras múltiples explicaciones, prometió reponer al día siguiente.A partir de esa fecha Merino desapareció. Su esposa, sin embargo, continúa en Madrid. Pese a reiteradas citaciones que le fueron comunicadas con carácter de urgencia, el recaudador no compareció ante la comisión liquidadora. El día 21, Alfredo Tejero, concejal responsable del área de Haciencia y Economía, ordenó presentar denuncia en el Juzgado de Instrucción número 23 de Madrid, ante el que se pidió la detención y procesamiento de Merino y la reclamación de una fianza de 100 millones de pesetas.
El Ayuntamiento ha procedido al embargo preventivo de las propiedades del recaudador. Entre ellas se encuentra la propia oficina de recaudación, valorada en seis millones de pesetas; cuentas corrientes en las que se comprobó que sólo había varios miles de pesetas; siete millones de pesetas en concepto de premios de cobranza que le adeudaba el Ayuntamiento, así como dos millones y medio de pesetas de las fianzas que tiene depositadas, tal y como exige el Ayuntamiento a cada uno de los 18 recaudadores municipales.
Por otra parte, el Ayuntamiento estudia la posibilidad de embargar, por vía judicial, una finca, al parecer recibida en herencia, situada en el término municipal de Majadahonda, así como un piso en la costa. Las mismas fuentes informaron que cualquier propiedad, "por mínima que ésta sea", se va incluyendo en el informe para el juzgado.
Juan Antonio Fernández Cordón, del área de Hacienda del Ayuntamiento, explicó ayer que la nueva distribución de zonas de recaudación iniciada a mediados del año pasado, con la consiguiente redistribución de los efectos que se debían cobrar, "podría ser causa" de que no se hubiera descubierto con antelación el fraude de Fermín Merino. El recaudador podría haber aprovechado esta circunstancia para apoderarse de una importante cantidad de millones.
Los técnicos municipales afirman que las anomalías detectadas se refieren sólo al año 1984, aunque no se descarta que se hayan producido también durante el presente año. Hasta el pasado junio, período en que se efectuó la redistribución de zonas de recaudación, Merino mantenía sus oficinas en la calle de Esteban Terradas, número 1, semiesquina a Agustín de Foxá, cerca de la plaza de Castilla. Desde el año 1969 Merino estaba encargado de la recaudación en la zona de Chamartín y de Ciudad Lineal.
La oficina recaudadora de Merino, en la calle de Alcalá, sigue su actividad normal. Junto a los empleados, entre los que se encuentra un hijo del recaudador desaparecido, trabajan desde hace días un grupo de contables del Ayuntamiento para efectuar el arqueo. "Se nos ha encargado un trabajo, una revisión de cuentas, y esto es todo lo que podemos decir", declaró un funcionario que ayer ejercía en el despacho las funciones de director. Dos policías municipales hacen guardia en el portal de la finca.
Los recaudadores ejecutivos de Madrid no son funcionarios del Ayuntamiento, "aunque tienen un estatuto similar", según Juan Antonio Fernández Cordón. Se trata de personas nombradas después de un concurso, tras la presentación de una serie de requisitos y méritos fijados por la ley, "aunque trabajan como una empresa privada, a porcentaje, y sus ingresos dependen de su capacidad de cobro de facturas de tasas e impuestos municipales que no han sido abonadas en período voluntario".
18 empresas privadas
Las 18 oficinas existentes en Madrid cobraron en 1984 unos 1.400 millones de pesetas. Del total de esa cantidad, un 10% lo tiene asegurado la oficina de recaudación, aunque ésta se duplica en la práctica por los premios de cobranza. Estos premios los reparte el Ayuntamiento en función del número de recibos cobrados, con independencia de su cuantía. En opinión de Fernández Cordón, "la moralidad del ciudadano está en pagar lo que debe, aunque la cifra sea baja; los premios de cobranza incentivan a las oficinas a cobrar facturas que por su escasa cuantía podrían ser gravosas para ellas".Según cálculos estimativos, la oficina de Merino obtuvo en 1984 unos beneficios de más de 30 millones de pesetas.
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