Las elecciones italianas
Sin conmociones, pero masivamente, los italianos parecen querer romper con lo que es, desde hace 40 años, la característica mayor de su vida política: la inestabilidad gubernamental. La coalición de cinco partidos (la Democracia Cristiana y los partidos laicos, entre ellos el Partido Socialista) que gobierna en Roma desde hace 21 meses sale, en efecto, incontestablemente reforzada de las elecciones regionales y municipales que se han desarrollado el 12 y el 13 de mayo.El gran perdedor, contrariamente al pronóstico a menudo escuchado, es el Partido Comunista de Italia (PCI). La tentación de izquierda, que ha dominado la década transcurrida, parece por el momento apartada; los italianos han optado esta vez, claramente, por el centro. Los comunistas esperaban superar a la Democracia Cristiana, como había ocurrido en las elecciones europeas de junio de 1984, en las que se beneficiaron de la viva emoción suscitada por la súbita muerte de Enrico Berlinguer.
El partido ha jugado la carta de la honestidad y del rigor a nivel de las administraciones locales. Pero los electores no han podido entrever una línea política concreta tras esas exigencias morales. El Gobierno de izquierda ( ... ) supone un entendimiento con los socialistas en el que los italianos, debido a los conflictos entre los dos partidos, no pueden ya creer.
En cuanto a la renovación ideológica del PCI y su aproximación a los socialdemócratas de Europa del Norte, de la que se habla actualmente, se trata de una evolución todavía demasiado abstracta para ganar sufragios.
El duelo en la izquierda entre socialistas y comunistas tiene por efecto poner fin a la experiencia de las municipalidades rojas.
El reforzamiento de la coalición en el poder es tan clara que sus principales integrantes (Democracia Cristiana, socialistas, republicanos) progresan cada uno, pero sin que estos éxitos constituyan para los otros una amenaza. El presidente del Consejo puede así aparecer a los ojos del secretario general de la DC, De Mitta, como un aliado indispensable, sin convertirse en un competidor demasiado peligroso.(...)
15 de mayo
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