Polémica en Sevilla sobre fórmulas de uso actual en las viejas ciudades históricas
Las fórmulas de reutilización de edificios históricos y la necesidad de integrar los cascos antiguos en la vida moderna de las mismas han sido los aspectos más llamativos y polémicos en el V Encuentro de Ciudades Históricas, clausurado ayer en Sevilla. La propuesta del arquitecto español Damián Quero de introducir en la resolución final la necesidad de adaptar los cascos históricos a las necesidades modernas y la de llevar a los centros de las ciudades los conceptos útiles de las periferias fue rechazada tras una fuerte polémica.
Charles Wilson, arquitecto jefe de la ciudad de Lancaster, Reino Unido, defendió encendidamente la necesidad de dotar a los edificios históricos de una reutilización acorde con las necesidades actuales. "A diferencia de otros productos de la maestría creados por el hombre, los edificios, las plazas y los perfiles de las ciudades no pueden alojarse en cajas de cristal. Los ambientes construidos no pueden convertirse en fósiles. O mueren y desaparecen o son sostenidos y adaptados a usos cambiantes apropiados a las necesidades de la sociedad". Esta cuestión, en debate aún en muchas ciudades, tiene varios ejemplos precisamente en Sevilla, donde el Gobierno autonómico ha comenzado a instalar sus dependencias en edificios nobles, previa restauración y acomodación a usos administrativos.La financiación de los gastos que provoca el mantenimiento de los cascos históricos de las ciudades, bien sea considerados como conjunto, bien en el caso de edificios aislados, fue objeto de atención de diversos ponentes. En el encuentro quedó claro que el sector público no puede hacerse cargo de los gastos que esto origina, por lo que el aspecto de mayor interés en este terreno fue el estudio de fórmulas para interesar a la iniciativa privada en este tipo de acciones. Aunque, y según explicaron algunos especialistas, la rehabilitación es más barata que la nueva construcción si se habla en términos macroeconómicos, en términos microeconómicos es lo contrario. En el caso de Sevilla, escenario de este quinto encuentro, entre una nueva construcción en el casco antiguo o la rehabilitación de una casa antigua resulta más caro lo último.
La construcción en el casco antiguo supone en Sevilla un 30% más de coste que en la periferia, tanto por el precio de los solares, más caro, como por el hecho de que la mayoría de las empresas de construcción tienen adaptada su estructura a la edificación de bloques, a la construcción en serie, y el encargo de rehabilitar o construir una casa aislada en el centro es algo que distorsiona su estructura económica. En ese sentido, este encuentro apuntó la posibilidad de que el interés social por rehabitar los centros de las ciudades dé lugar a la aparición en el mercado de constructoras especializadas en este tipo de encargos, lo que disminuiría los gastos.
Siempre en la misma línea, se valoró por diversos ponentes la ,posibilidad de que las rehabilitaciones en los cascos históricos dieran lugar al resurgimiento de clases profesionales de carácter semiartesanal, y se propuso esto como causa por la que interesar a los jóvenes en las ciudades históricas e incluso como alternativa de empleo. En cualquier caso, sobre el tema de la financiación de este tipo de iniciativas se apuntaron las subvenciones, los préstamos a bajo interés, la creación de fundaciones con este objetivo, las desgravaciones fiscales para el capital privado y la búsqueda de patrocinadores que puedan desear que sus nombres queden asociados a distintos proyectos, bien por pura vanidad personal, bien porque les interese como publicidad.
La contaminación
La contaminación ocupó otra parte importante del interés. El alemán Udo Mainzer llamó la atención de los asistentes al explicar que las materias muertas no tienen, a diferencia de las vivas, ninguna posibilidad de reaccionar contra una agresión química, y expuso que el principal agente contaminante es el ácido sulfúrico procedente de las emanaciones de fábricas. Estudios de los últimos años revelan que la contaminación medioambiental es la principal causa de daño y desmoronamiento de los materiales que constituyen los edificios históricos, en mucha mayor medida que la simple erosión fisica provocada por los agentes naturales y el paso del tiempo.Gaetano Adinolfi, secretario general adjunto del Consejo de Europa, que manifestó su rotunda oposición a la introducción de edificios modernos en los cascos históricos, expresó su optimismo sobre la utilidad de este encuentro, cuyas resoluciones son enviadas a los poderes públicos locales de todos los países miembros, e igualmente destacó el hecho de que estos encuentros ponen en contacto a los responsables de unas ciudades con los de otras y les permiten conocer en qué forma se han resuelto en otros lugares problemas que afectan a sus propias ciudades.
Babelia
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