Reagan, en España

Me refiero a su editorial Reagan, en casa, que no considero ecuánime. Creo que son los propios norteamericanos los que tienen que aprobar o repulsar la gestión. de sus propios gobernantes. Nuestra democracia tiene 10 años de edad, la de ellos, algunos años más. Sin embargo, nuestras autoridades se constituyen en profesores y les pretenden dar lecciones cívicas. Risible. Es posible que la política exterior de Reagan sea más enérgica que la anterior de Carter, que fue mejor acogido en Madrid. También es posible que por estar Carter en la Casa Blanca y no Reagan hubo unos rehenes en una embajada secuestrados meses y meses. No extraña que el pueblo americano optase por votar actitudes más enérgicas, aunque les disguste a Guerra y a Tierno. Indudablemente, hay algo cierto en que la campaña anti-Reagan ha costado dinero, dinero que alguien tiene que haber pagado. La movilización de masas no brota alegremente, precisa de un fermento. Programas y carteles cuestan dinero.Es muy poco creíble que masas españolas tengan una conciencia política y conocimientos amplios de política exterior para reaccionar espontáneamente ante una política exterior equivocada. La cifra de venta de periódicos indica, por el contrario, el poco interés de la mayoría de los españoles por los asuntos públicos. Está claro que si se movilizan lo hacen empujados, y no por sus propios conocimientos sobre el tema. Si el pueblo de Madrid se manifestó en 1959 a favor de otro presidente fue también porque en aquel entonces se manipuló al pueblo en sentido contrario. Está claro

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