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Mario Trinidad, subsecretario del Ministerio de Cultura, confirma su dimisión

Mario Trinidad, subsecretario del ministerio de Cultura confirmó ayer a este periódico su renuncia al cargo, y precisó que esta dimisión no es una destitución, sino que obedece a su petición de ser relevado para optar a un puesto en la dirección de la Administración turística española en Roma. Trinidad presentó hace dos semanas su dimisión al ministro de Cultura, Javier Solana, y la ratificó por carta el 16 de abril, día en que fue redactado el último borrador de la reestructuración del ministerio, aprobada por el Gobierno el pasado miércoles

La dimisión de Trinidad, nombrado hace dos años y medio, es la segunda que se produce tras la reestructuración. La otra fue la del director general del Libro y Bibliotecas, Jaime Salinas, confirmada anteayer. En la carta que Trinidad envió a Solana, el subsecretario de Cultura explica que considera culminada su etapa en el departamento tras la reestructuración puesta en marcha. Trinidad, de 40 años, doctor en Derecho y funcionario por oposición de Cuerpo Técnico de Información del Estado, estima que la subsecretaría ha dejado de tener las funciones que le habían sido asignadas.

'Órgano de intendencia'

La carta de renuncia de Trinidad incluye una nueva definición de las funciones del ministerio, que pasa de ser un órgano de interpretación política de las ideas culturales del gobierno a ser un estamento de gestión que va a dedicarse más a administrar y a servir, que a ofrecer una idea política de la organización de la cultura desde un organismo gubernamental del Estado.En su carta, Trinidad dice: "Arrancando desde una cierta tradición administrativa que la configuraba (la subsecretaría) como un órgano bifronte, mitad viceministro, mitad responsable de la máquina administrativa, se ha ido reduciendo a esa segunda faceta, hasta llegar a convertirse fundamentalmente en el órgano encargado de asegurar la intendencia o la logística del departamento. Ciertamente se trata de uno entre los varios modelos posibles (aunque su aplicación coherente requeriría algunas modificaciones en la concepción de lo que podríamos llamar la cúpula político administrativa). Pero en cualquier caso algo distinto del papel para que el que yo me había mentalizado".

Esta nueva situación derivada de la reestructuración del Ministerio de Cultura es la que da a entender que el Gobierno está creando una nueva estructura del departamento para que no sea imprescindible en el futuro que la organización gubernamental de la cultura esté representada en el consejo de ministros.

La dimisión de Trinidad sigue a la de Jaime Salinas, director general del Libro y Bibliotecas, y a la del director general de Bellas Artes, Manuel Fernández Miranda, quien dijo que al gobierno socialista le daban risa los museos. Trinidad difirió ayer de esta idea, y consideró que el gobierno actual ha prestado a la cultura la atención suficiente: el presupuesto del ministerio ha aumentado un 30% cada año, desde 1982.

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