La mejor feria de España

El pasado viernes 26 de abril, la esposa del lendakari, María Gloria Urtiaga de Ardanza, inauguraba la IV Feria de Anticuarios en Bilbao. En el pabellón número 1 del recinto ferial, 76 expositores de toda España ofrecían una muestra incomparable de piezas antiguas.Los anticuarios asistentes pertenecen a todas las comunidades del Estado: Euskadi (con un 39%), Cataluña (18%), Madrid (17%). En menor medida Andalucía, Aragón, Cantabria, Castilla y León, Galicia y La Rioja.

Sobre las otras ferias de anticuarios que tienen lugar tradicionalmente en otras ciudades, la de Bilbao se caracteriza por una ausencia singular: la de los pintores vascos a caballo entre el siglo pasado y el presente. Creadores como Zuloaga, Arteta, Echevarría y otros destacados del ceñido escaparate vasco no aparecen en las exposiciones. Todas sus obras permanecen en manos de celosos coleccionistas ajenos a la tentación de renovar sus existencias como acostumbran a hacerlo los de otras regiones, en particular, los catalanes.

Este año se ha llegado a la cota más alta de participación de expositores. Veinte más que el año pasado. La feria siempre ha querido mantener un certamen de reducidas dimensiones, en proporción a la demanda que ha bajado algo en los últimos años debido a la crisis económica que ha padecido este vasco, uno de más activos del país. La organización, a cargo de Carmen López Niclós, es, sin duda, la mejor de todas las ferias que se celebran en España. Pero se venda más o se venda menos, el anticuario sabe que debe asistir a todas las ferias, las más rentables y las menos, porque es una ocasión de contactar con antiguos y futuros clientes. Cada feria tiene así un doble matiz: recoger los frutos de antiguas inversiones y sembrar para el futuro. Cada día acude más público a esta clase de ferias, que en algunas ciudades se convierte por mérito propio en un auténtico acontecimiento social y cultural.

Ha desaparecido en ésta de Bilbao el comité de expertos o de selección de obras, que antes de la apertura oficial pasa por las casetas, por si encontrara alguna pieza que según su juicio no reuniera la calidad exigida. Ha sido sustituido por un certificado de garantía que cada comprador puede y debe exigir al vendedor. En él constará una detallada descripción del objeto. En caso de haberse corroborado su falsedad, los anticuarios deberán devolver el importe y ello puede ser motivo de cierre de la caseta por parte de la organización ferial.

OBJETOS

La feria estará abierta hasta el domingo día 5. El horario, de once de la mañana a nueve de la noche. Dentro del recinto el visitante podrá encontrar muebles, pintura, porcelana, cerámica, joyas, vajillas, libros, monedas y un largo etcétera en el que pueden estar incluidos los objetos más insospechados. Se puede encontrar abundante mueble inglés de los siglos XVIII y XIX, especialmente en los expositores de Euskadi. Buena pintura de Pruna, Benlliure, Casanova, Cusachs y Poveda, en la caseta de Gregorio Blanco. Madrazo, José Gallegos y bronces vieneses con motivos árabes, en la de Concha Barrios. Buena pintura catalana, en la de Alcolea. Esmaltes vieneses, en Segundo; bargueños, en Luis Cárabe; cerámica de alta época, en Luis Codosero, etcétera.