Las razones de una infamia

Antonio Salieri nació en Legnago en 1750. A los 16 años dejó su ciudad natal para estudiar en Venecia con Pescetti y Pacini. Allí conoció a Gassmann, maestro de capilla de la corte de Viena, quien le indujo a seguirle, ofreciéndole lecciones y protección. En Viena, Salieri se relacionó también con Gluck, que alabó su primera ópera cómica, Le donne letterate (1770), y posteriormente le ayudaría en el estreno en París de Les Danaïdes (1884). La producción operística de Salieri, que asciende a un total de 40 títulos, encontró en seguida el favor del público y de la corte. En 1774 sucedió a Gasmann en el cargo. A partir de 1790 se dedicó ampliamente a la pedagogía, siendo maestro, entre otros, de Beethoven, Schubert, Hummel, Süssmayr, Meyerbeer y Liszt. Su producción orquestal es también muy amplia: sinfonías, serenatas, conciertos, misas, himnos, etcétera. A partir de 1821 sufrió una grave enfermedad mental. Murió en 1825 y está enterrado en el cementerio central de Viena. La noticia de que habría podido envenenar a Mozart, hoy ampliamente desmentida por los estudiosos, empezó a correr en Viena poco antes de su muerte. En el Cuaderno de conversación nº 7 de Beethoven, de enero-febrero de 1825, su sobrino escribió que en Viena se comentaba última mente el supuesto asesinato cometido por Salieri. No se conoce la respuesta de Beethoven, pues, aunque era necesario escribirle para comunicarse con él, el maestro podía y solía contestar oralamente.El rumor fue recogido por Aleksandr Puskin que escribió en 1830 una breve pieza teatral titulada Mozart y Salieri en la que se basaría posteriormente Nikolai Rimsky-Korsakov para componer una ópera del mismo título, estrenada en San Petesburgo en 1898. De ahí a Peter Schaffer, autor de la obra teatral Amadeus, y a Milos Forman, director de la película homónima que ha ganado ocho oscars este año. La calumnia histórica recaída sobre Antonio Salieri continúa, para escándalo de los leñagueses.