_
_
_
_
ALBANIA, DE LUTO

Ramiz Alia, probable sucesor del fallecido Enver Hoxha

JUAN F. ELORRIAGA Ramiz Alia, de 60 años, actual jefe nominal del Estado, se perfila como el casi seguro sucesor del líder albano, Enver Floxha, que falleció en la madrugada de ayer, a los 76 años. Hoxha, secretario general del Partido del Trabajo albanés durante las últimas cuatro décadas, será enterrado el próximo día 15. Siete días de luto han sido decretados en Albania, en homenaje al dirigente estalinista desaparecido. Hoxha sabía que estaba próximo a morir, pero consideraba su sucesión sin inquietud, seguro de que todo estaba preparado, según ha declarado el doctor francés Paul Milliez, que fue su médico particular durante 20 años.

Más información
Un obstáculo insalvable en las relaciones entre Moscú y Tirana

Un infarto detuvo a las 2.15 horas de la madrugada del jueves el corazón de Enver Hoxha, el más radical de los estadistas comunistas europeos, que nunca abjuró de su fe en Stalin. Los comunicados oficiales no precisan el lugar de su muerte. El día 1 de abril Regó a Belgrado el rumor de que Hoxha había sido trasladado urgentemente a Francia en avión militar. Tratado anteriormente por médicos franceses, solía pasar largas temporadas en Drilon, al borde del lago albano-yugoslavo de Ohrid, donde parece que le so brevino el derrame cerebral del año pasado.Según fuentes diplomáticas, no habrá delegaciones oficiales extranjeras cuando el día 15 sea en terrado en el cementerio de los mártires de Tirana, sobre la bucólica colina que domina la capital al banesa. Siete días de luto soportarán esos tres millones de habitantes, hechos a la idea de que Hoxha, nacido en Gjirokastra el 16 de octubre de 1908, no iba a desparecer nunca. Las sirenas de fábricas y barcos albaneses aullarán duran te cinco minutos en materialista liturgia. Pero las mezquitas y los centros ortodoxos seguirán cerrados a cal y canto, al haber sido puestos fuera de la ley por Hoxha en 1967. "La religión de los albaneses es una sola, Albania", había dicho Hoxha antes de dar a popes y mullahs trabajos de obreros e incluso de maestros, si probaban la sinceridad de su apostasía. Casi sin duda, le sucederá a frente del Partido del Traba o Ramiz Alia, que ya ostenta, desde su puesto de presidente de la Asamblea, la jefatura nominal del Esta do. Hombre fornido, de mediana estatura y 60 años de edad, tendrá que situar en Europa a ese pequeño Estado de extensión, tres veces menor que Portugal. Más que motor del cambio, el futuro número uno albanés tendrá que dejarse llevar por una racionalización imparable en un país que lleva siglos vi viendo en su inaccesible nido de águilas. Albania, en albanés, se es cribe Shqiperia, que significa país de las águilas. Enver Hoxha desaparece cuando sólo faltan uno meses para que de Tirana arranque el primer tren hacia Europa Este país es el único del Viejo Continente al que todavía no se puede llegar en tren. Hacia septiembre se inaugurará el ferrocarril entre Titogrado (Yugoslavia) y Tirana.

La biografía de Rarniz Alia no es la de un innovador. Allá por los años sesenta, cuando en el mundo mandaban los hippies, Alia criticaba a esos escritores esnobs que, "arrastrados por modas extrañas", cultivaban la literatura existencialista por los cafés de la soleada Tirana. Nacido el año 1925 en Scutari, desciende, al parecer, de una familia de albaneses del Kosovo yugoslavo. Su carrera militar de resistencia contra alemanes e italianos no es demasiado brillante. Terminó la guerra de teniente coronel y fue encargado de la juventud. Ello le situaría al socaire de turbulentos acontecimientos que culminaron en 1948. En 1961 sustituyó en el Buró Político a Liri Belishova, eliminado por prosoviético de la jefatura de propaganda. Nunca un régimen ha quedado tan huérfano en el siglo XX como el albanés en la madrugada de ayer. Del plantel de sucesores que hasta 1981 se apuntaban como probables, Mehmet Shehu, Hysni Kapo, Kadri Hazbih y Ramiz Alia, sólo éste queda en vida.

Muerto Kapo, Hoxha mandó ejecutar a Mehmet Shehu y Kadri Hazbih como traidores. Mehmet Shehu habría garantizado la supervivencia de la línea de Hoxha, pero intentó un compló contra el líder y fue suicidado a fines de 1981. Desde entonces, Hoxha sólo ha contado con cuatro años de muy mala salud para forjar la imagen de Alia.

El país europeo más pobre El país sigue siendo el más pobre de Europa, pero un igualitarismo a ultranza le confiere la imagen de una muy modesta decencia. El Banco Mundial sitúa la renta per cápita de Albania en unos 1.500 dólares. El artículo 28 de su Constitución le prohíbe a Albania aceptar créditos "de países revisionistas o burgueses". Dado que Albania se considera el único país socialista del mundo, está condenado a desarrollarse como en el siglo XIX o a reformar su Constitución. Los mayores avances en cooperación económica los ha logrado Tirana con Italia y Yugoslavia. De este último país depende Albania tanto como Portugal de España. Fuera del tránsito por Yugoslavia, a Albania sólo le queda el mar para intentar saltar hacia Occidente. Un neutralismo yugoslavizante es la variante política exterior más probable para Albania si la sucesión de Hoxha transcurre en calma. El desarrollismo albanés había pegado ya un bajón en 1960, cuando Hoxha rompió con el Jruschov que le recomendó producir naranjas para el COMECON "porque ya le daremos el trigo que necesite, tenga en cuenta que los ratones ucranianos comen más trigo del que podrían consumir los dos millones y medio de albaneses". Los sucesores de Hoxha tendrán que lidiar ahora probablemente con la reencarnación de las sombras de los desaparecidos en 1948, 1960, 1974 y 1981. Los liquidados eran personajes de primera fila, y sus partidarios siguen en vida, aletargados y camuflados entre las filas de un pueblo que ha tenido que saber doblarse como la caña para sobrevivir durante muchos siglos de vientos de conquista y despotismo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_