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ALBANIA, DE LUTO

Un obstáculo insalvable en las relaciones entre Moscú y Tirana

Pilar Bonet

Una nota informativa de cuatro líneas fechada en Roma y sin comentarios fue la primera reacción soviética a la muerte del líder albanés Enver Hoxha, considerado en Moscú como uno de los obstáculos fundamentales para la normalización de las relaciones entre Tirana y Moscú, interrumpidas en 1961 como respuesta al proceso de desestalinización de Nikita Jruschov.Con la muerte de Hoxha, expertos en política albanesa residentes en Moscú esperan que la URSS intensifique los esfuerzos, ya activados en época de Yuri Andropov, para normalizar las relaciones con Albania, país cuya situación geográfica le confiere una gran importancia estratégica para el flanco sur del Pacto de Varsovia. Albania abandonó esta organización militar en 1968 como protesta por la intervención soviética en Checoslovaquia.

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Ramiz Alia, probable sucesor del fallecido Enver Hoxha

De entrada, la exaltación de la figura de Stalin en la URSS, con motivo del 40º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial puede constituir un motivo de acercamiento ante los círculos de antiguos partisanos que rodeaban a Hoxha, de los cuales ninguno posee una autoridad semejante a la del político fallecido.

Año tras año, con ocasión de la fiesta nacional albanesa, el 29 de noviembre, la URSS reitera su deseo de normalizar relaciones a Tirana, que no se da por aludida ante los sucesivos y calurosos mensajes desde Moscú. El último de ellos, firmado por el Presidium del Soviet Supremo de la URSS, se proclamaba inmutablemente a favor de la "amistad y colaboración" con Albania.

En septiembre, en un discurso pronunciado en Sofía, el actual líder soviético, Mijail Gorbachov, que aparecía ya entonces como favorito a la sucesión de Konstantín Chernenko, afirmaba: "Nuestro país está por la normalización de las relaciones con la República Socialista Popular de Albania. Con buena voluntad mutua sería posible solucionar esta cuestión en interés de los pueblos de ambos Estados, de la causa de la paz y del socialismo".

Albania no envió delegación alguna a los funerales de los últimos tres dirigentes fallecidos en la Unión Soviética: Leonid Breznev, Yuri Andropov y Konstantín Chernenko.

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Invariablemente, Albania ha criticado la política soviética y se ha mostrado escéptica ante los últimos relevos en el Kremlin. Con todo, el nivel de crítica dirigida contra Andropov fue muy superior al ejercido cuando Gorbachov llegó al poder en marzo pasado.

En el seno del Pacto de Varsovia, Bulgaria y Rumanía son los únicos países que mantienen relaciones con Tirana, sede de aproximadamente una docena de representaciones diplomáticas extranjeras.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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