Una solución diplomática
A pesar del rápido y desafiante rechazo de los sandinistas, el nuevo plan del presidente Reagan para Nicaragua es un paso adelante en un aspecto importante: apunta a la suspensión de la guerra, durante dos meses por lo menos, con el propósito dar una oportunidad a las negociaciones.El régimen de Managua se negó a aceptar los términos básicos de la oferta de Reagan, un alto el fuego y conversaciones con la guerrilla, cuando la resistencia las propuso el 1 de marzo. Pero ahora Estados Unidos presiona para lograr estos términos, y tras haber declarado el presidente de Colombia que el nuevo plan es "positivo", Reagan tiene alguna base para asegurar "tendremos el apoyo de Contadora", es decir, de las democracias latinoamericanas que han estado intentando mediar en el conflicto ( ... )( ...)
La cuestión más importante sigue siendo qué es lo que puede motivar más a los sandinistas para que respeten a sus vecinos y, lo que es mucho más difícil y controvertido, para que se reconcilien con los contras ( ... )
( ... ) Es necesario subrayar que el rechazo de muchos estadounidenses a apoyar militarmente a los contras no proviene de una simpatía por los sandinistas, sino de la falta de confianza en una intervención militar en América Central.
( ... ) Lo que el Grupo de Contadora está apoyando en la política de Estados Unidos no es la amenaza de una intervención en 60 días (que iría en contra del acta de Contadora), sino la posibilidad de ampliar el ámbito diplomático del grupo.
Sería una pena que el nuevo plan de Reagan se tradujera solamente en un argumento más para los contras. Tanto los creyentes como los escépticos deberían aprovechar la oportunidad que ofrece el presidente Reagan, que une el tema militar y la cuestión política.( ... )
( ... ) Uno puede imaginarse gran cantidad de posibilidades en las conversaciones y ofertas de negociación: entre los mismos nicaragüenses, entre Estados Unidos y Nicaragua, y con el Grupo Contadora. Los sandinistas y la oposición tienen mucho que hablar para llegar a un compromiso. Washington y Managua podrían reanudar las conversaciones bilaterales que la Administración Reagan interrumpió. En el Grupo de Contadora, sin embargo, recae una responsabilidad especial: la de aprovechar bien el momento. Su tarea inmediata es intentar solucionar el problema planteado por las objeciones que los demás países de Centroamérica pusieron al acta de Contadora y que Nicaragua aceptó el pasado 7 de septiembre.
, 8 de abril
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