El vicepresidente brasileño aplicará medidas económicas de emergencia

El Gobierno brasileño comenzara a aplicar esta semana algunas de las medidas recomendadas por una comisión económica creada hace dos meses por el presidente efecto, Tancredo Neves. Esas normas serán ejecutadas por el Gobierno del vicepresidente en ejercicio, José Sarney, quien ocupa interinamente la presidencia, mientras que el presidente elecito sigue hospitalizado en estado grave después de haber sufrido cineo operaciones quirúrgicas en cuatro semanas.

Los proyectos elaborados por esa comisión se enfrentan con todo lo que había denunciado el poderoso ministro de Hacienda, Francisco Dornelles, por lo que la noticia sorprendió a los observadores. Las medidas -que todavía no fueron anuiriciadas en detalle- significarán, una vez puestas en práctica, la primera derrota política de Francisco Dornelles, lo que puede dar lugar a la primera minierisis en la nueva República y, al mismo tiempo, significan que José Sarney no va a seguir esperando a la cada vez más difícil recuperación de Tancredo Neves. El próximo día 15 será anunciado además un programa de emergencia contra el hambre y el paro. Ayer mismo el vicepresidente en ejercicio, José Sarney, aseguró que algunas medidas estarán ya en vigor a partir de esta semana. "Son proyectos que afectarán el área social", dijo Sarney, sin entrar en más detalles.

El Gobierno de Sarney, que no tiene plazo de duración, ya que depende de la evolución del estado del presidente electo, Tancredo Neves, tiene como prioridades la salud pública, la alimentación, el transporte y el mantenimiento de los niveles de empleo. Programas un tanto inconcretos y, además, iguales a las prioridades anunciadas anteriormente por Neves. La gran duda reside en cómo se financiará un programa que puede costar unos 3.000 millones de dólares, aplicados en un plazo de 10 años, que podrían ser retirados de recursos fiscales del Estado.

Por otra parte, las noticias de la recuperación del presidente electo, Tancredo Neves, son ahora más alentadoras, tras haber estado al borde de la muerte entre el miércoles y el viernes de la semana pasada. Comprobado, sin embargo, que ese proceso de recuperación es frágil y lento, José Sarney decidió poner manos a la obra y empezar con medidas de emergencia, cuyos detalles son ahora esperados con ansiedad y preocupación. Al fin y al cabo, pueden ser medidas antipopulares, de difícil aceptación por la opinión pública. Y la popularidad de Sarney no es la misma que la de Neves.