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El empeoramiento de Tancredo Neves influye en la crisis pofitica de Brasil

El presidente electo de Brasil, Tancredo Neves, de 75 años, fue sometido ayer a una nueva intervención quirúrgica en un hospital de Sáo Paulo. Esta operación, la cuarta desde el pasado 15 de marzo, se realizó para liberarle el funcionamiento intestinal. Los cirujanos subrayaron que esperan una pronta recuperación del enfermo, según manifestó el portavoz presidencial, Antonio Britto. El estado de salud de Tancredo Neves influye en la crisis política de Brasil. La salud política de la nueva república empieza a dar las primeras señales inequívocas de que sin Tancredo Neves no sera nada fácil administrar la crisis. El empeoramiento de Neves tiene su reflejo en Brasilia, donde la situación sufre altibajos desde que el vicepresidente en ejercicio, José Sarney, decidió ejercer de forma efectiva el puesto que ocupa. Algunas medidas de impacto, principalmente en el área económica, ya fueron anunciadas.

El Consejo Interministerial de Precios (CIP) decidió ayer congelar los precios de los servicios y productos del sector público y una buena variedad de productos y servicios del sector privado durante 30 días. Eso significa que la luz y el teléfono, la gasolina y los alimentos no verán alterados su s precios hasta principios de mayo, cuando será también establecido el nuevo salario mínimo (actualmente de 37 dólares por mes -unas 6.500 pesetas-).

Las cotizaciones del oro y del dólar paralelo, así como los índices de las bolsas, sufrieron drásticas caídas ayer, mientras que las tasas de interés para aplicaciones de un día -el overnight- llegaron a un inédito 25,8% al mes.

Los poderosos sindicatos de metalúrgicos de Sáo Paulo empezaron la primera batalla de lo que promete ser una dura guerra para el nuevo Gobierno. Una de las centrales, la Federación de Metalúrgicos de Sáo Paulo, integrada por 31 sindicatos que reúnen 280.000 afiliados, tenía prevista una huelga general para la madrugada de ayer. Las demás centrales sindicales, con 700.000 obreros, admitieron un último intento de negociación, con el respaldo del Gobierno, pero advirtieron su determinación de paralizar totalmente el sector en caso de que constaten intransigencia por parte de la patronal.

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