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El Gobierno excluye asignar unidades militares a la OTAN

El pacto sobre seguridad y defensa que el Gobierno propondrá próximamente a las fuerzas políticas recoge una fórmula para la integración de España en la Alianza Atlántica que excluye la participación en la estructura de mandos de la OTAN y también la asignación de unidades militares a esta organización. El Gobierno excluye igualmente la realización de maniobras de la OTAN en España y la dependencia directa de sus planes, según coinciden cualificadas fuentes de los ministerios de Asuntos Exteriores y de Defensa, así como del PSOE. En estos tres medios se observan algunas diferencias de planteamiento sobre otros detalles referentes al modelo de integración española en la Alianza Atlántica.

MadridUn veterano diplomático español, experto en cuestiones de seguridad y desarme, opina que "la Alianza Atlántica es una organización hecha con mentalidad anglosajona que admite difícilmente distingos radicales como los que se hacen entre su organización militar y su organización civil".De ahí, que la primera dificultad consista en definir qué es la estructura militar integrada de la OTAN, cuya incorporación era considerada como "no necesaria" por el presidente del Gobierno español, Felipe González, en el decálogo para el consenso sobre seguridad que expuso en el debate sobre el estado de la nación el pasado 23 de septiembre.

"Estás en la organización militar si participas en la planificación logística, la infraestructura, la asignación de fuerzas y el mando. Si participas en alguna de estas cuatro cosas tienes puesto ya un pie en la estructura militar de la Alianza", afirma uno de los hacedores de la política de seguridad y defensa en el Ministerio de Asuntos Exteriores español.

Los planteamientos que se hacen en el Ministerio español de Defensa van menos lejos. Aquí se recuerda una frase de Felipe González, quien afirmó que España estaría en la organización militar de la Alianza el día en que un militar español tuviera que someterse a las órdenes de otro militar de la OTAN.

Mínimo común denominador

Un experto del Ministerio español de Defensa afirma: "Estar en la organización militar es participar en la estructura de mando. Si no tenemos fuerzas asignadas a la Alianza, no se participa en las estructuras de mando, nuestro territorio está exento de las órdenes de estos mandos, y si nuestros planes de defensa no vienen definidos por la organización militar de la Alianza, será que no estamos en la organización militar".Estos planteamientos de Defensa coinciden prácticamente con el mínimo común denominador que se observa en el Gobierno y en el PSOE.

Según se afirma en estos medios, el planteamiento que de la integración de España en la OTAN hará el Gobierno consistirá en el aprovechamiento de las coincidencias entre los planes defensivos de la Alianza Atlántica y los de España.

La Alianza está interesada en que España participe en la defensa del flanco sur europeo y sirva de base de reacción y apoyo logístico, como retaguardia en un eventual enfrentamiento Este-Oeste. Igualmente, la Alianza está interesada en el territorio español como escenario de maniobras.

España -al contrario que el centro de Europa, donde buena parte de los presupuestos de las maniobras se destinan a pagar los daños causados en propiedades públicas o privadas- posee zonas prácticamente deshabita das y con abundante luz natural lo que facilita la experimentación de armas electrónicas.

La defensa del flanco sur -así como la del estrecho de Gibraltar- es también prioridad española, según queda reflejado en la Directiva de Defensa Nacional para la próxima década, aprobada por el Gobierno español la pasada primavera. Esta Directiva es un documento-base para la elaboración del pendiente Plan Estratégico Conjunto (PEC).

En lo que respecta al flanco sur europeo, España estaría dispuesta a intercambiar planes con el Comité de Planes de la Alianza Atlántica, siempre que quede a salvo el principio de que las fuerzas armadas españolas tuvieran absoluta independencia con respecto a los mandos de la Alianza.

Canarias y flanco sur

La defensa del flanco sur que España está dispuesta a emprender pone especial acento en el margen occidental del Mediterráneo y el estrecho de Gibraltar, así como el eje marítimo que comunica las islas Canarias con la Península.Por las cercanías de las islas Canarias pasa buena parte del transporte marítimo de crudo y materias primas estratégicas, lo que da relieve a este archipiélago.

En la actualidad, la Alianza controla la región circundante, merced a su mando atlántico.

Esta doble competencia en la zona sería uno de las previsibles dificultades a la hora de encajar los planes de España y la Alianza respecto al flanco sur, según coinciden fuentes de Exteriores, Defensa y el PSOE.

Otro escollo sería el producido por las diferentes sensibilidades de España y la Alianza respecto al flanco sur, ya que la Alianza puede considerar exagerada la maquinaria de guerra que España dispondrá en la región, prefiriendo que se guarden efectivos para otras necesidades.

Tanto Defensa como Exteriores descartan la probabilidad de que España acepte el que su territorio sirva de escenario para maniobras de la Alianza como ésta desearía.

En lo que respecta a la eventual utilización de España como base de reacción y apoyo logístico en un enfrentamiento Este-Oeste, los criterios expresados por cualificados funcionarios de Exteriores y Defensa son muy diferentes.

Improvisar el 'enganche'

Mientras los primeros consideran que cualquier cesión en la infraestructura y logística significaría de hecho la participación en la organización militar de la Alianza, los segundos no cierran esta posibilidad.Otras de las diferencias observadas entre las manifestaciones de altos funcionarios de Exteriores y los de Defensa son las que hacen referencia a la posibilidad de que, a pesar de situarse al margen de la estructura militar de la Alianza, España se sincronice con esta organización.

Uno de los hacedores de la política de Defensa en Exteriores considera que el enganche de mando y técnico de España con la Alianza lleva tiempo y no se puede improvisar en caso de guerra.

Según esta fuente, el enganche no es considerado necesario; entre otras cosas, porque España no contempla como probable un enfrentamiento Este-Oeste.

En Defensa, se tiende a considerar que la integración de la red de alerta y control de España en la de la Alianza no supone la integración militar, y se pone como ejemplo a Francia, que ha permanecido conectada a esta red después de abandonar la organización militar en 1966.

El caso francés es aludido también cuando se trata de expresar cuál se desea que sea el tipo de representación de España ante el Comité Militar de la Alianza: una delegación militar permanente que sirva de enlace, pero sin participar formalmente en sus decisiones, como hace Francia.

Este modelo -que es, de hecho, el que España viene utilizando desde poco después de firmar su adhesión a la Alianza Atlántica- parece aceptado por Exteriores, Defensa y la ejecutiva del PSOE.

El modelo de integración española en la Alianza depende, en última instancia, de la aprobación del consenso sobre seguridad y defensa propuesto por González y de la posterior aceptación popular en referendum, según coinciden los medios gubernamentales y del PSOE consultados.

Posteriormente, se trataría de pactar la división del trabajo entre España y la Alianza en función de la autonomía y de los intereses defensivos españoles, según coinciden también Exteriores, Defensa y el PSOE. "La Alianza es un club en el que se paga una cuota según cuáles sean los servicios que se utilizan", afirmaba un alto cargo del Ministerio español de Asuntos Exteriores.

La permanencia en la Alianza Atlántica no se debe sólo a las dificultades que presenta el salir de ella, sino a las ventajas que proporciona, según un alto cargo de Defensa.

"Estar en la Alianza", concluye esta fuente, "posibilita el acceso a información política, militar y tecnológica; faculta y facilita la participación en programas de desarrollo y cooperación en materia militar con países europeos, y permite ejercer más claramente la soberanía española en nuestro entorno geográfico" o, dicho en otras palabras, hace más fácil la disminución o redistribución de los efectivos estadounidenses presentes en España, objetivo éste apuntado también en uno de los diez puntos de la propuesta de consenso hecha a los grupos parlamentarios por Felipe González.

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