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La tercera ampliación del Mercado Común

Italia presenta hoy una nueva propuesta sobre los programas mediterráneos integrados

Andrés Ortega

El Consejo Europeo de jefes de Estado y de Gobierno de la CEE se abrió a mediodía de ayer en Bruselas con moderadas esperanzas de resolver la cuestión de los Programas Mediterráneos Integrados (PIM). La presidencia italiana presentará hoy por la mañana en la cumbre europea una propuesta que el primer ministro italiano, Bettino Craxi, calificó de "definitiva" para los PIM. Ayer, en Bruselas, el primer ministro griego, Andreas Papandreu, recordó que sin una solución satisfactoria sobre este tema no habría ampliación del Mercado Común ni de los problemas presupuestarios de la Comunidad. Papandreu aceptó, sin embargo, como base de discusión, la propuesta realizada por la Comisión Europea sobre estos programas.

Pero ayer en Bruselas se hablaba de que se podría demorar hasta la cumbre de Milán a finales de junio, aunque tal vez se pueda llegar hoy a un acuerdo político. Craxi señaló que para la ampliación se ha tardado ocho años y tres horas para llegar a un acuerdo, mientras que con los PIM tan sólo se lleva seis meses de trabajo. De todas formas no estaba claro si la reserva griega se refería a un bloqueo de la firma del tratado de adhesión o de la ratificación de éste.Algunos medios comunitarios estimaban que Papandreu obtendría satisfacción -si no elevaba la apuesta-, pues con los PIM ha tomado como rehenes la ampliación de la CEE a España y Portugal y la solución del problema presupuestario de la CEE. En ambas materias Grecia mantiene una reserva formal. Pero el principio de los PIM, aunque no sus modalidades, ha sido acordado por dos cumbres europeas.

El presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, había explicado sus propuestas, que consisten en 2.000 millones de ECU (250.000 millones de pesetas) de dinero fresco para estos programas de ayuda a las regiones más desfavorecidas de Grecia, Italia y Francia para paliar los efectos de la adhesión ibérica. A esta cantidad se añadían unos 2.500 millones de ECU (unidad de cuenta europea) en concepto de préstamos especiales, y una parte indeterminada de los fondos estructurales de la CEE. Todo ello sobre siete años.

Un problema para Grecia es que estas propuestas no indican qué porcentaje de los PIM ira a cada país. Delors insiste que las decisiones se tomarán en base a la presentación por los interesados de proyectos concretos, que habrá que juzgar según su mérito, tanto técnico como econórnico.

La Presidencia italiana completó ayer estas propuestas sugiriendo que la mitad del aumento anual de los fondos estructurales de la CEE fueran destinados a los PIM. No obstante, todas estas cifras parecen demasiado elevadas a juicio de alemanes y británicos. Irlanda expresó, además, ciertas reservas, temiendo que los PIM mermen la cantidad de fondos estructurales que van a parar al Eire.

Necesidades griegas

Papandreu, en período preelectoral, necesita salir mañana de Bruselas con un acuerdo concreto -es decir, cifrado- sobre los PIM. No obstante, algunos medios comunitarios consideraban que de Bruselas sólo saldría hoy un acuerdo de principio.

Por separado, los titulares de Exteriores de los diez hablaron de las relaciones de la (CEE con los países de la cuenca del Mediterráneo, intentando mantener, tras el ingreso español, las corrientes tradicionales de exportación de los países del Magreb hacia la Comunidad. Naturalmente, toda la cumbre que termina giraba en tomo a los PIM. Pero, esperando a Papandreu que llegó tarde, los diez se dedicaron a discutir la situación económica y social de la CEE, y el hambre en África.

Una propuesta de la primera ministra británica, Margaret Thatcher, recibió un apoyo bastante caluroso: pidió un estudio sobre la derregulación de la CEE, asegurando que si la Comunidad suprimiera una tercera parte de sus normativas, la vida de la pequeña y mediana empresa sería más fácil. Thatcher pidió también una liberalización del mercado del trabajo por medio de la supresión de los comités salariales.

No obstante, se notó una cierta divergencia de criterios entre socialistas y conservadores en esta cumbre. Frente a Thatcher, Bettino Craxi insistió en la prioridad de la política del empleo en la CEE, aunque acompañada de una firme política fiscal y monetaria para no crear inflación.

Hoy la cumbre se dedicará al debate del futuro institucional de la Comunidad Económica Europea, y de la posibilidad de convocar una conferencia intergubernamental para redactar un nuevo tratado de Unión Europea. Tres cuestiones son las centrales: abrir nuevos campos de cooperación en la CEE, extender la práctica del voto mayoritario y ampliar los poderes del Parlamento.

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