LA URSS y la RFA a la cabeza de la exploración de la corteza terrestre
Nueva YorkEn uno de los cuentos de Conan Doyle, el científico loco profesor Challenger decide que la Tierra está viva y que su corteza es la concha de esta criatura. Hace un agujero hasta 13 kilómetros de profundidad en Escocia y encuentra una superficie móvil y maloliente en la que introduce un taladro muy agudo. La Tierra emite "un grito en el que dolor, ira y amenaza y la majestad injuriada de la naturaleza se mezclaron en un terribe aullido".
En realidad nadie ha llegado todavía hasta las 13 kilómetros aunque los científicos han soñado desde hace mucho tiempo con tomar muestras de la corteza terrestre a esa profundidad con la esperanza de encontrar respuestas a misterios básicos tales como el origen de los continentes y las fuerzas que les hacen elevarse y descender millares de metros. Es a tales profundidades donde las altas presiones y temperaturas alteran de forma radical las rocas y producen depósitos de minerales, algunos de los cuales alcanzan posteriormente la superficie terrestre.
La Unión Soviética ha llegado casi a la profundidad del profesor Challenger, alcanzando 12 kilómetros en un agujero realizado en la península de Kola, al este de Escandinavia. El pasado mes de septiembre, los soviéticos empezaron la excavación de un agujero de 14,5 kilómetros de profundidad cerca de Kirivoy Rog, en Ucrania.
Hace unas semanas, la República Federal de Alemania anunció un plan para llegar a los 14,5 kilómetros en la selva Negra y realizar otro muestreo similar cerca de la frontera con Checoslovaquia. Hasta que se realizó el agujero de Kola, el de más profundidad hecho por el hombre era el pozo de petróleo Bertha Rogers, en Oklahoma, Estados Unidos. La excavación se dio por terminada al alcanzar, a 9,6 kilómetros de profundidad, una capa de azufre fundido. En Estados Unidos se ha presentado un programa para excavaciones a gran profundidad en el continente, pero parece que los esfuerzos en este país irán muy retrasados con respecto a los de la Unión Soviética y la República Federal de Alemania.
El turbotaladro utilizado por los soviéticos es movido por la presión de barro que se inyecta hacia abajo a través de la tubería. El barro retorna a la superficie por el espacio que rodea a la tubería y trae consigo pequeños fragmentos de roca, que permiten realizar el estudio de la zona explorada.
En el agujero de Kola se descubrió que la discontinuidad de Conrad, que marca la separación entre la parte superior y la inferior de la corteza terrestre, se encuentra a unos nueve kilómetros de profundidad, pero la sorpresa fue que la región inferior de la corteza no está formada por basalto, como se suponía.
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