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Italia tiembla ante el renacer del terrorismo

Juan Arias

El asesinato, el miércoles, del economista y sindicalista Ezio Tarantelli, de 44 años, reivindicado por las Brigadas Rojas, ha replanteado el debate en Italia sobre si el terrorismo ha sido o no definitivamente derrotado. Por lo pronto, la reacción del país ha sido unánime a la hora de condenar, sin medias tintas y con gran preocupación, el atroz delito. Los sindicatos han convocado una manifestación unitaria contra el terrorismo.

RomaLos sindicatos están viviendo de nuevo un momento de gran tensión ante la posibilidad de presentarse divididos en junio al referéndum promovido por el par' tido comunista contra el decreto del Gobierno de Bettino Craxi que recortó algunos puntos de la escala móvil. Lo que más preocupa, en este momento, no es tanto el gesto cruel de un nuevo atentado sangriento, sino el documento deja do en el lugar del delito con la firma de las Brigadas Rojas. Un comunicado estrictamente político contra el Gobierno Craxi, el sindicato democristiano CISL y de la Confindustria.

Puesto que la impresión casi unánime de todas las fuerzas democráticas de este país es que, como organización y como estrategia política, las Brigadas Rojas, y con ellas todos los de más movimientos terroristas de la extrema izquierda, han fracasado rotundamente, la pregunta que muchos se hacen ahora e quién está aún detrás de los pequeños grupos armados que han quedado escondidos en la clandestinidad y que, de cuando en cuando, siguen dando coletazos para sentirse vivos.

Preocupa el que, una vez más, el terrorismo renazca en momentos de gran tensión política. En este caso, en vísperas de citas claves, como las elecciones administrativas de mayo. Ante el temor de que el Partido Comunista Italiano (PCI) desbanque a la Democracia. Cristiana como partido de mayoría relativa, estos comicios se: han con vertido en una auténtica prueba a escala nacional.

A esto hay que añadir la casi inevitabilidad del referéndum comunista contra la política económica y salarial del Gobierno que, si no media un milagro, se celebrará en junio. Y, por si fuera poco, las elecciones en julio del presidente de la República para sustituir o reconfirmar a un personaje tan emblemático como Sandro Pertini.

Por lo que se refiere a la posibilidad de que el asesinato de Tarantelli suponga una vuelta del terrorismo de las Brigadas Rojas, Luciano Lama, secretario general del mayor gremio sindical, el de CGIL (de mayoría comunista), fue muy claro ayer en una entrevista concedida al diario Repubblica, en la que revela, además, que Tarantelli, a pesar de ser un reformista, era un intelectual libre "que votaba al partido comunista". Según Lama, no existe ya una organización como las antiguas Brigadas Rojas. "Existen sólo piezas sueltas de una máquina vieja en desuso que actúan sin una estrategia general". "Y, sobre todo", añade Lama, "lo más importante es que hoy no existen restos de solidaridad con el terrorismo ni en la fábrica, ni en el sindicato, ni en la Universidad, ni en el hombre de la calle, aún el más descontento".

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