Una comedia polaca, una rata endiablada y un jabalí feroz

El filme polaco Sex missión, una comedia que narra las vicisitudes de dos cosmonautas que regresan a la Tierra muchos años después de lo previsto y que se encuentran con un mundo regido por mujeres, despertó las más directas risas en el VI Festival Internacional de Cine de Madrid (Imagfic). Esta película ilustró la jornada de ayer del festival madrileño, al margen de una rata endiablada (De origen desconocido) y de un jabalí feroz (Los colmillos del Infierno) capaces de agotar los nervios de los protagonistas: son los herederos de la primera vocación fantástica de este festival.

MadridSex mission, el segundo largometraje del polaco Juliusz Machulski, arranca de forma divertida y otorga al astracán un papel importante. Los dos cosmonautas que regresan a la Tierra y se sorprenden al ver que son los únicos varones vivos, tiene, sólo con su enunciado, la posibilidad de numerosos recursos cómicos. Sin perder tal tono, el filme se adentra por caminos más pretenciosos, e ironiza tópicamente sobre el feminismo, aunque respetándolo en sus premisas esenciales. En cualquier caso, cae en los lugares comunes no previstos en su inicio. Tomado a caricatura, el filme no podría aportar mayor interés de no enriquecer su fórmula. Cierto que contiene alguna alegoría sobre el tiranismo y la hipocresía, pero las más de dos horas de bromas apagan tales sugerencias.Como en cualquier otro festival, también hay en el Imagfic algunos filmes chatos. Con excepción del siempre curioso ciclo dedicado a Russ Meyer y de otro dedicado a Alesandr Dovjenko, donde la maestría de este clásico soviético permanece viva por encima de algunos inmediatos merisajes políticos, la sección oficial ha dado algunos tumbos entre bichos peligrosos y molestos, capaces de arruinar la vida de sus protagonistas.

Éste es el caso del ambicioso ejecutivo que protagoniza De origen desconocido, el filme canadiense de George Pan Cosmatos. Instalado en su confortable casa, dispuesto a comerse el mundo, se ve sorprendido por la presencia de una inmensa rata que destrozará sus nervios y sus ilusiones. Es también el caso de la intrépida periodista neoyorkina de Los colmillos del infierno, que se dirige a los páramos de Australia para hacer un reportaje televisivo sobre la matanza de canguros. Allí, según cuenta el director Russell Mulcahy, será una de las primeras víctimas de ese jabalí asesino que hace años secuestró al nieto de un atormentado anciano. (El filme se reduce luego a una sucesión de vulgaridades que sólo en parte corrige el tono inquietante de los decorados naturales australianos).

El camino del cine imaginario

Las ilusiones frustradas son el camino central del cine de terror, o del cine imaginario a secas, como se le llamó desde el origen en este festival madrileño. La adolescente de la película neozelandesa Vigil, de Vincent Ward, ve turbada su inquieta paz por la presencia de un allegado que enamora a la madre. El ambiente misterioso de los decorados naturales es también lo más interesante de este filme que adolece de cierta pretenciosidad, como ya fue señalado en Cannes, donde se estrenó el pasado año.