Sobre el militarismo y el nazismo yanqui
En la irregular carrera del director norteamericano Norman Jewison hay un título similar al que nos ocupa y que en el año 1967 obtuvo los parabienes de los oscar de Hollywood. El filme se titula En el calor de la noche y en él la diferencia de color entre dos policías sirvió para denunciar el racismo latente en la sociedad norteamericana. Historia de un soldado, que este año también ocupa algunas de las candidaturas a los oscars, va mucho más allá que su precedente en la filmografía de Norman Jewison.
Origen teatral
Historia de un soldado
Director: Norman Jewison. Guión: Charles Fuller, basado en su obra teatral. Música: Hervie Hancock. Intérpretes protagonistas: Howard E. Rollins Jr, Adolph Caesar. Película dramática, de nacionalidad norteamericana y realizada en el año 1984.Estreno en Madrid, cines Palacio de la Música y California.
Inspirado en la obra de teatro del escritor de color Charles Fuller, que obtuvo un gran éxito en los escenarios de Nueva York, este filme de Norman Jewison ofrece un panorama más desolador y penetrante que el simple conflicto entre dos caracteres, intransigente el uno, de víctima paciente el otro. Historia de un soldado plantea la posibilidad de que existan connotaciones nazis precisamente entre aquellos mandos militares que se preparaban para luchar contra Hitler.La población negra del cuartel del ejército norteamericano en que la película se sitúa sufre no sólo la discriminación usual, que tantas películas y no menos datos reales continúan confirmando a diario, sino también la negativa proyección de un modelo de hombre perfecto al que el hombre negro no puede aspirar.
Nada menos que otro hombre negro, un sargento, quizá chusquero en la terminología cuartelera española, es quien se encarga de propagar ese supuesto idealismo, ayudado por el cómplice silencio de los blancos, llegando incluso al crimen.
La dureza de la denuncia del autor del drama, Fuller, y la no menor dureza de Norman Jewison en el filme, puede llegar a sobrecoger por lo que tiene de prolongación a nuestro presente. Si la obra se sitúa en los años cuarenta bien. pudiera ser por ilustrar, con una amarga ironía, la contradicción de esos hombres que pretenden destruir en el enemigo lo que ellos mismos llevan dentro, pero tal localización histórica no se establece en base a un hecho irrepetible.
El filme se articula en tomo, a la estructura narrativa de una indagación policial. Las declaraciones de los soldados negros y la resistencia de los blancos, al ser un capitán de color quien se encarga de dicha investigación, forman el núcleo argumental. En su trastienda residen los adjetivos de cuanto se denuncia, aunque sea una trastienda de balcón abierto, sin disimulos ni hermetismos.
Precisamente es en este sentido en el que Historia de un soldado queda congelada hacia su mitad. El conflicto de fondo que expone queda explícito en la primera hora cuando en las investigaciones del capitán negro se recapitula sobre lo que sucedió en el cuartel antes de su llegada.
El resto del filme se vertebra alrededor de la identificación de los asesinos del siniestro sargento, que es una cuestión, si se quiere, menor, aunque en parte de ella residan algunas de las principales claves de la acusación de nazismo que contiene la película.
Espléndidos actores
En todo caso, es correcto echar de menos similar impronta o lamentar su tributo a las servidumbres de un cine de género. Gracias al trabajo de los actores, los espléndidos Howard Rollins (conocido anteriormente en las pantallas española por su interpretación como protagonista en el popular filme de Milos Forman Ragtime) y Adolph Caesar, que con este mismo personaje del vehemente sargento había obtenido ya un triunfo en las representaciones teatrales, mantiene todo su interés esta Historia de un soldado, aunque el guión ayude bastante menos a ello.Las últimas imágenes de Historia de un soldado, no obstante, recapitulan con acierto todo lo expuesto al principio de esta crónica. Esos mismos soldados son los que van a luchar contra el nazismo ajeno.
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