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La 'operación Eccentric' movilizó 450 agentes para frenar el negocio de la droga en Brasil

La mayor y más aparatosa operación realizada en Brasil contra el crimen organizado tuvo nombre de película: operación Eccentric. Involucró a 450 agentes de la policía federal, se extendió por siete Estados y supuso la aprehensión de 15 aviones y un sinfín de toneles de gasolina, acetona y éter, productos esenciales para el refinado de la cocaína. Pero, como suele ocurrir en las películas policiacas, los dos principales blancos de la operación, los hermanos colombianos Vicente y Camilo Rivera Gómez, lograron escapar. La policía tuvo que contentarse con la detención de su representante en Brasil, el peruano Wilfredo Gonzales Ruiz, el Willy, de 45años.

Las operaciones se iniciaron en la última semana de febrero, y han seguido dando buenos resultados hasta ahora. La policía federal brasileña declaró "el fin de la conexión colombiana" en Brasil. La cantidad de cocaína aprehendida es pequeña: no llega a 10 kilos. Sin embargo, fueron aprehendidos más de 20.000 litros de productos necesarios para el refino de la cocaína.Mientras la operación Eccentric destrozaba buena parte de la conexión Brasil-Colombia, los traficantes que tienen en Brasil la base de abastecimiento de éter, bencina y acetona empezaban a contabilizar las pérdidas producidas por un accidente aéreo que mató a Gilberto Yanes, otro pez gordo de la máquina para transformar Brasil no sólo en ruta de tráfico sino también en productor, a gran escala, de la cocaína destinada a Europa y principalmente a EE UU. Yanes, principal transportista de productos químicos para los laboratorios productores de drogas en Paraguay, llevaba en su avioneta 600 kilos de cocaína. En otras palabras, 400 millones de dólares (unos 74.000 millones de pesetas) en cocaína.

Fueron dos hechos aislados, pero el resultado afectó al mismo órgano: la mafia colombiana, que controla la mayor parte del tráfico de cocaína en el mundo.

Para realizar la operación Eccentric la policía federal brasileña contó con el respaldo técnico del Gobierno de EE UU a través de su departamento antidroga, Drug Enforcement Agency (DEA). El objetivo de la operación era desarticular a nivel nacional el "brazo brasileño de la mafia colombiana". Al principio de la operación se sabía que el sector brasileño de la mafia colombiana era el encargado de enviar a los centros de producción en Paraguay, Bolivia y Colombia los componentes químicos necesarios para el refino de la cocaína.

Ahora se sabe que Brasil no es sólo una ruta de tráfico. La droga plantada en los Andes peruanos y bolivianos y refinada en estos países, y principalmente en los poderosos centros de producción en Colombia, pasa ciertamente por Brasil,

Pero Brasil empieza a tener ahora un papel importante en la producción de cocaína. Localizados en rincones perdidos en la Amazonia, varios sofisticados laboratorios ya producen cocaína en cantidades considerables. Ha crecido mucho, además, la importancia del apoyo logístico dado por Brasil a. los capos de la mafia colombiana.

En la última semana de febrero un informe de la Cámara de Diputados de Estados Unidos señalaba que si el Gobierno brasileño, en un plazo razonable, no empieza a demostrar un mayor interés en reprimir el tráfico y la producción de drogas, el Gobierno norteamericano reduciría las compras de azúcar en Brasil.

Las autoridades brasileñas no admiten oficialmente que la operación Eccentric sea una primera respuesta a las presiones de Estados Unidos. Pero había personal norteamericano en la operación y hay fuertes indicios de que parte de los costes fueron cubiertos por dólares enviados por Washington.

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