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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

José Luis Gómez y la convulsión kafkiana

Los espectáculos sobre algo que se conoce y popularizado como parte del revestimiento cultural de nuestro tiempo producen en el espectador una cierta incomodidad: la falta de correspondencia entre lo que ha adquirido, pensado o recibido y aquello que ve en el escenario. Una incomodidad que puede llevar a la injusticia.Hay en el escenario de Juicio al padre un esforzado, valeroso trabajo de actor; un estudio minucioso de cada frase, de cada inflexión, de voz, de cada transición. Se acumulan gestos, símbolos, signos: luces, sonidos, efectos. Ésa es una cuestión. Otra es Kafka, lo kafkiano , la Carta al padre. Pueden no corresponder.

Kafkiano es una palabra que ha pasado del uso culto al popular. Vivimos en un mundo kafkiano, donde no somos capaces muchas veces de discernir las causas del mal que sufrimos: se nos ocultan, se disfrazan bajo el lenguaje críptico y las situaciones sin antecedentes.

Juicio al padre

Versión de José Luis Gómez sobre la Carta al padre, de Kafka. Intérprete: José Luis Gómez, con Asunción Sánchez y Armando Cabello. Vestuario: Ton¡ Miró. Escenografía: Simón Suárez. Dirección: José Luis Gómez y Augusto Fernandes. Teatro Pavón. 12 de marzo.

El término así utilizado se enlaza con el del absurdo como gran corriente literaria. Kafka vio y vivió un arranque de ese mundo y lo contó; sobre lo que él contó se han multiplicado y acentuado las imágenes, ha trabajado el cine y el teatro, y hasta esa transmisión oral que ha hecho un adjetivo de su apellido. Yo no he visto nunca a Kafka como kafkiano; era un observador lúcido del mundo que le rodeaba y en el que él podía representar la norma de la razón. Era todo lo demás lo que se descoyuntaba.

Cierto que puede verse al contrario: Kafka como anormal, como desprendido por sí mismo de todo, y la sociedad en torno como regular. Yo no comparto esta visión. Los textos de Kafka son, precisamente, la tersura de lo imperturbable, el relato del observador, la tranquilidad del lenguaje. Su fuerza está en el contraste entre esa literatura fría y el terror que se desprende de ella. Las biografías de Kafka parecen también señalar esa lucidez del escritor sensible, vulnerable, pero seguro.

La Carta al padre, teóricamente no destinada a la publicación, sino realmente una carta, es precisamente uno de los textos más simples, más lineales y más cargados de esa lucidez: es un ensayo biográfico, una explicación de su conducta y de su comportamiento.

Monólogo ilustrado

Es la base principal del texto de la dramaturgia de este monólogo ilustrado; y en él, ese texto se retuerce, se grita, se convulsiona tartamudea, arroja sangre, se descompone, se enferma, se violenta como el propio actor. Es indudable que en la valoración del trabajo de José Luis Gómez como director y actor -y de Augusto Fernandes, que le ha ayudado en la dramaturgia y en la plástica- entra inevitablemente el concepto del modelo que imita, el personaje que retrata, el texto que repite. Cuando no se ven, queda una sensación de desconcierto. Sin dudar de la licitud de José Luis Gómez para ver a Kafka como le parezca, queda la sospecha de la utilización de un nombre y de un texto para una exhibición de actor.

Regreso del histrión

Las facultades de José Luis Gómez son conocidas: tiene una gran educación de su cuerpo y de su voz, y es enormemente capaz de estudiarse y de analizarse a sí mismo. En este caso lo lleva todo a los límites y aun los traspasa.

Estamos en una época de regreso del histrión, como repetidas veces se viene viendo, y José Luis Gómez entra de lleno en esa época. No renuncia a ningún teatralismo, antiguo o moderno, y le añade efectos escenográficos de choque: fogonazos, nieve, manos que emergen del suelo, violonchelo mudo, hongo del que brota sangre, transparencias, legajos, acomodación del texto hacia una idea de proceso, personajes accesorios raros. Lo kafkiano, lo kafkiano.

El público apreció este singular esfuerzo; ovacionó y gritó "¡Bravo!" y Gómez se llevó el triunfo que ha elaborado durante años.

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