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Relevo en Moscú, diálogo en Ginebra

La satisfacción reina en la capital estadounidense

Francisco G. Basterra

La llegada al poder soviético del joven tecnócrata Mijail Gorbachov, de 54 años, ha sido acogida con satisfacción en Washington, pero la Administración de Ronald Reagan estima que las relaciones con la Unión Soviética no sufrirán cambios sensibles a corto plazo y que el nuevo líder necesitárá un período de varios meses para consolidarse al frente del Kremlin.Reagan anunció ayer que tratará con el nuevo líder de la URSS con "una mente abierta", y aseguró que está dispuesto a entrevistarse con Mijail Gorbachov siempre que sea con una agenda concreta y no sólo para conocerse. El presidente, que se declaró partidario de mejorar las relaciones con la URSS, explicó que hay que esperar a que el nuevo dirigente se consolide y "establezca su régimen". Reagan decidió finalmente no aprovechar la oportunidad de los funerales de Chernenko para volar mañana a Moscú y reunirse con el nuevo líder soviético. El presidente desoyó los consejos en este sentido formulados por algunos de sus colaboradores.

Oficialmente se alegaron problemas logísticos para realizar este viaje a la URSS. Pero realmente se decidió en contra porque se creyó que una cumbre en este momento, coincidiendo con las negociaciones de Ginebra, habría creado falsas expectativas, enviando una señal equivocada a Moscú. Reagan, en un almuerzo con periodistas, afirmó: "No he visto qué habría podido lograrse con mí presencia en estos momentos en Moscú". El vicepresidente, George Bush, y el secretario de Estado, George Shultz, representarán al presidente en los funerales mañana en la plaza Roja. En círculos diplomáticos comenzó a especularse ayer con la posibilidad de que Reagan aproveche su viaje a Europa en mayo, en el que pasará por España, para entrevistarse con Gorbachov.

El Departamento de Estado explicó que el objetivo de Estados Unidos es buscar unas relaciones "mas estables" con la URSS y aseguró que la política norteamericana con relación a Moscú será "paciente, consistente y realista".

Las negociaciones con los soviéticos sobre control de todo tipo de armas nucleares, que comienzan hoy en Ginebra, no se verán afectadas por el cambio en el Kremlin, aseguran medios gubernamentales.

La historia de la muerte anunciada del dirigente soviético comenzó realmente a las cuatro de la tarde del domingo, cuando el presidente fue avisado de que una delegación soviética, encabezada por el miembro del Politburó Vladimir Sherbitski, que se encontraba en visita oficial en Estados Unidos, anunciaba que regresaba inmediatamente a Moscú. A las siete de la tarde se comunicó a Reagan que Radio Moscú había iniciado una programación de música clásica, que suele preceder a la muerte de un alto dirigente. A las cuatro de la madrugada del lunes, el consejero de Seguridad Nacional, Robert McFarlane, despertó al presidente para decirle que todo hacía indicar que Chernenko había muerto. Minutos después de las seis de la madrugada, Reagan volvió a ser despertado para comunicarle que el dirigente soviético había fallecido.

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