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Entrevista:

José Luis Gómez: "El teatro catalán sufre de un nacionalismo mal entendido"

José Luis Gómez presenta hoy en el V Festival Internacional de Teatro de Madrid la obra Juicio al padre, basada en textos de Kafka, una reflexión sobre las relaciones padre hijo y con las mujeres. Gómez, que dirigió teatros institucionales durante cinco años, opina en esta entrevista que el teatro necesita la ayuda de la Administración, y que la escena catalana está marcada por un "nacionalismo mal entendido". Entre sus planes de trabajo destaca la puesta en escena, para la próxima temporada, de Bodas de sangre, Perlimplín y el estreno mundial de Comedia sin título, todas ellas de García Lorca.

El actor y director José Luis Gómez ha estado cinco años dedicado a dirigir teatros institucionales. Primero fueron tres años al frente del Centro Dramático Nacional, dependiente de la Dirección General de Música y Teatro, y dos años más en el Teatro Español, propiedad del Ayuntamiento de Madrid. Estos cinco años, confiesa Gómez, los dedicó, en una gran parte, a organizar la propia infraestructura de ambas direcciones.Pregunta. ¿Ha cambiado sustancialmente su vida profesional?

Respuesta. Mi vida profesional como tal no ha cambiado. Tengo un montón de proyectos a realizar. Lo que pasa es que durante esos cinco años gasté parte de mis energías y tiempo en crear una infraestructura y en tratar de convencer a los responsables políticos -aunque a mí me gusta más dirigirme a ellos como mis interlocutores jerárquicos-, en convencerles de la necesidad de crear esa infraestructura. Yo puse en pie al Teatro Español. Cuando llegué allí me encontré, por ejemplo, que había focos, pero no lámparas; que era un local bien dotado a la antigua, pero sin una infraestructura moderna. Que no había recuerdo de ningún tipo de su actividad anterior. Tuvimos que empezar desde cero. Ahora todo está archivado. En definitiva, ahora tiene historia. Luego pensé que en estos cinco años sólo había dirigido tres obras, cuando puede ser normal dirigir tres al año. Así que me sentía cansado. Yo soy actor, y necesito dedicar tiempo a mi actividad y a mi vida personal, porque en esos años, si no estaba en el teatro, estaba resolviendo problemas administrativos, y todo ello me dejaba poco tiempo para mi vida personal. La decisión de dejar el Español me está produciendo muchos beneficios.

P. ¿Cree que el apoyo de la Administración es beneficioso para el teatro en general?

R. Yo creo que es necesario un apoyo de la Administración por problemas de financiación. Sin ese apoyo no hay posibilidad de hacer un teatro diferente. En el teatro privado, para que una obra sea un éxito tiene que tener un mínimo reparto o programar obras ya conocidas. Es impensable que se arriesguen a estrenar a un autor desconocido.

Autores menores

P. ¿El aumento de interés que hay aquí por el teatro se plasma en el extranjero?R. La cultura española no tiene demasiado reflejo en el extranjero, quizá porque España todavía cuenta poco. Hay que tener en cuenta que durante muchos años estuvimos verdaderamente aislados, y eso es difícil arreglarlo en cuatro días. Sin embargo, creo que en estas últimas temporadas surgen obras de muy buena calidad, a nivel europeo, pero no al tope de ese nivel. De este año destacaría La casa de Bernarda Alba y Luces de bohemia.

P. ¿A qué cree que se debe ese interés que existe ahora por el teatro catalán?

R. En primer lugar hay que decir que nosotros, los castellanohablantes, tenemos la ventaja de poder dedicarnos a la formación, conformación, de una cultura teatral nacional, porque existe una dramaturgia nacional. En su caso no la tienen, porque los autores catalanes son menores, comparativamente hablando. Entonces ocurre que los hombres catalanes de hoy han hecho un teatro catalán. Hoy se podría hablar de un teatro marcado por el carácter independiente, por un gusto por el diseño, por la creación aparentemente libre y algunas cosas más, como referencias muy concretas y reales a la realidad catalana. Y eso se lo han hecho bien, porque no tienen un sustrato literario. Pero, por otro lado, pienso que, aunque todo esto es muy positivo, realmente no tienen una vida teatral muy intensa. Yo creo que ese interés que en Madrid se observa por lo catalán es debido a la generosidad de las gentes de teatro, de la Administración; una enorme generosidad, que no es correspondida en Cataluña. Lo más que admiten es un espectáculo flamenco. No dan ningún tipo de facilidades para ir allí. Y es bueno decirlo sin ninguna animosidad. Yo creo que ésa es una política equivocada. En Madrid hay catalanes dirigiendo trabajos importantes, pero allí prefieren contratar antes a un italiano, a un norteamericano o a un argentino que a un español. Y es una pena, porque creo que es un nacionalismo muy mal entendido.

P. Hace 15 años estrenó La metamorfosis, y ahora, Juicio al padre. ¿Qué representa Kafka para usted?

R. Para mí, Kafka es un excelente precursor de la dramaturgia más importante. En cuanto a Juicio al padre, obra basada en Carta al padre, del autor checo, es una dramatización del género epistolar, respetando lo más sustancial de la carta que Franz Kafka envió a su padre sobre su imposibilidad de volver a casarse. Es una obra donde se enjuicia la relación con el padre y también con las mujeres.

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