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Felipe González considera que para el PSOE sería más rentable electoralmente no aceptar la adhesión a la CEE

FÉLIX BAYÓN ENVIADO ESPECIALEs "más simple y rentable electoralmente" no aceptar la adhesión de España a la CEE en las actuales circunstancias que hacerlo y tener que explicar luego a la opinión pública el tratado que se firme, declaró ayer tarde en París el presidente del Gobierno español, Felipe González, después de mantener conversaciones con el presidente François Mitterrand y su homólogo Laurent Fabius, a las que asistió también el ministro francés de Asuntos Exteriores, Roland Dumas.

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Felipe González, durante el encuentro con los periodistas con el que concluyó su visita semioficial a París, habló con cierta extensión, por vez primera, sobre los posibles efectos políticos internos que tendría la ruptura de las negociaciones de España con la CEE y subrayó la importancia que tiene concluirlas este mismo año."Para el Gobierno español", afirmó Felipe González, "el problema del acuerdo para la adhesión a la Comunidad no es grave desde el punto de vista político electoral". El presidente distinguió entre los dos "discursos" que plantea la adhesión. Hay uno "complejo", dijo, que consiste en "explicar el tratado", y otro "simple" que consiste en no aceptar y que no sólo es más simple, sino, además, "más rentable".

El aplazamiento del ingreso español en la Comunidad, agregó González, "plantearía un problema histórico muy serio". El presidente del Gobierno español reiteró su tesis de que no existe ninguna vinculación entre el ingreso de España en la CEE y su permanencia en la OTAN, pero insistió también en que ambos asuntos tienen "algo que ver" en la "psicología colectiva". El ingreso en la CEE concluyó no obstante, "no es moneda de cambio" con la permanencia en la Alianza Atlántica.

"Si no se produjera la integración en la comunidad", agregó González, "habría en España un reflejo aislacionista que no sólo sería pernicioso para España, sino también para Europa". El presidente del Gobierno español mostró su confianza en que aún pueda respetarse la fecha prevista para el ingreso en la comunidad del 1 de enero de 1986.

1985, año decisivo para Europa

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"El año 1985", dijo Felipe González, "es un año importante", por que, "es el último año entre los próximos que será tranquilo desde el punto de vista electoral", ya que se avecinan elecciones y posibles relevos, dijo, no sólo entre los diez países miembros, sino también entre los dos candidatos. "1985" añadió, "es también el año decisivo para la construcción de Europa".

González reiteró también que la posición española respecto a las negociaciones está en un punto "muy próximo a los mínimos aceptables". "No podemos aceptar", dijo también, "una integración que se haga sobre las espaldas de España". "Tenemos", recordó, "casi la mitad de renta per capita que la media de la Comunidad y somos un país pobre con altas tasas de paro".

La discusión de la cuestión pesquera hispano-comunitaria es el tema clave de la negociación en estos momentos, según afirmó Felipe González. "Hemos multiplicado por siete nuestras importaciones de pescado fresco de la CEE y no vamos a permitir cambiar nuestra flota por la de la Comunidad y que sea ésta la que nos venda el pescado que antes pescaban nuestros propios barcos", dijo el presidente del Gobierno español.

La cuestión pesquera es, según González, el problema que se plantea "más dramáticamente". "Sólo el 8,5% de las capturas pesqueras españolas", recordó el presidente del Gobierno español, "se hacen en aguas de la Comunidad".

Felipe González llegó ayer a última hora de la mañana a París en un Mystére de la Fuerza Aérea Española. Ninguna autoridad francesa fue a recogerle al aeropuerto para subrayar el carácter informal del encuentro, en el que los franceses han hecho especial hincapié. Era la primera vez que Fabius y González se veían frente a frente desde que el primero de ellos pasó a presidir el Gobierno de su país el pasado año. El último encuentro hispano-francés de jefes de Gobierno tuvo lugar hace doce meses, cuando Pierre Mauroy era aún primer ministro.

Fabius y González comenzaron a hablar en La Lanterne, un castillo utilizado como casa de huéspedes ilustres en las cercanías de Versalles. Posteriormente, el presidente Mitterrand y el ministro de Exteriores, Roland Dumas, se sumaron al encuentro, almorzando todos juntos.

A las 6 de la tarde, Fabius acompañó a González al aeropuerto y le dejó al pie del estrado desde el que celebraría su conferencia de prensa.

González, a pesar de la dureza con la que describiría posteriormente el estado de las negociaciones con la CEE, parecía satisfecho y sacó punta a los adjetivos para afirmar que sus encuentros en París habían sido "extraordinariamente agradables".

Día y medio antes de iniciar su primera visita oficial a Argel, el presidente del Gobierno español destacó que "ni Europa ni España tienen interés en que el ingreso de España en la Comunidad Económica Europea pueda dificultar la estabilidad económica del norte de África". Y agregó: "España pone en ello un interés aún más especial dada su cercanía geográfica con esta región".

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