Los análisis coinciden en lo fundamental
Los números de los estudiosos de la coyuntura, aunque diferentes, coinciden al reflejar los principales fenómenos del año. En la demanda, las exportaciones han sido el motor del crecimiento; y el consumo interno se ha deprimido más de lo previsto, por una caída del poder adquisitivo de los salarios precipitada por las desviaciones en la inflación y en la destrucción de empleo. En la oferta, la agricultura y el turismo han reforzado la continuidad de la recuperación de la industria y los servicios.Pero el avance de la Contabilidad Nacional estrema las diferencias entre los objetivos iniciales del Gobierno y los resultados: 2,5% de descenso en la inversión, en lugar del 4,5% de aumento; 1% de descenso en el consumo privado, frente al 0,5% de crecimiento; y 14% de aumento en las exportaciones, contra el 8,5% pretendido al formular los Presupuestos del Estado para 1984. Todo, influido por el fuerte crecimiento del paro y el reparto más desigual de la renta entre salarios que deprimen la demanda (7% de aumento nominal) y excedentes empresariales que siguen sin ir a inversión (29% de subida).
Frente a estos datos, los expertos consultados consideran irrelevante que el crecimiento haya sido una décima mayor o menor. Sin embargo, cifrarlo en menos del 2,3% sería admitir que ha sido inferior al de países con un ajuste menos duro. Para el conjunto de la CEE, el crecimiento ha sido del 2,3%, mientras se ha elevado al 4,75% para la media ponderada de los 24 países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
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