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El presidente egipcio pretende revalorizar el papel de su país ante Estados Unidos

ENVIADO ESPECIALLa iniciativa de paz propuesta hace una semana por el presidente Hosni Mubarak pretende no sólo abrir negociaciones para encontrar una solución justa al conflicto árabe-israelí, sino revalorizar el papel de Egipto ante EE UU, país al que el jefe del Estado egipcio viajará esta semana con la intención de pedir un aumento sustancial de la ayuda norteamericana, señalan fuentes diplomáticas.

Aunque nadie pone en duda el deseo sincero de Mubarak de contribuir a la instauración de la paz en Oriente Próximo, diplomáticos aquí acreditados insisten en que la vertiente económica de su estancia en Washington, a partir del sábado, revestirá como mínimo tanta importancia como la discusión de sus propuestas para desbloquear la crisis regional, que preconizan, como la Administración Reagan, un diálogo directo palestino-jordano-israelí.

Para preparar el terreno ante la visita presidencia¡, los ministros egipcios de Asuntos Exteriores y Defensa, Esmat Abdel Meguid. y el mariscal Abdel Halim Aby Ghazala, respectivamente, se hin desplazado sucesivamente a la capital federal el pasado mes de febrero, al tiempo que un documento entregado a la Administración republicana y revelado por el diario The New York Times recalcaba la "impotencia estratégica" del país y su "interdependencia militar" con Estados Unidos.

Concretamente, el documento solicitaba un incremento de casi el 40%, -de 2.200 millones de dólares (407 billones de pesetas) en 1985 a 3.150 millones (583 billones de pesetas) en 1986- de la suma otorgada anualmente por Estados Unidos a Egipto, principal beneficiario de la generosidad norteamericána después de Israel, que recibirá durante el año en curso 400 millones de dólares más.

El desglose de la petición egipcia, dado a conocer por el primer ministro, Karnal Hassan Alí, prevé que la ayuda económica y alimentaria pase de 1.000 millones de dólares a 1.450 millones, y la militar, de 1.200 a 1.700 millones. La oferta estadounidense, según el proyecto presupuestario presentado por Reagan al Congreso, supone tan sólo un aumento de 125 millones de dólares en asistencia militar -de 1.200 a 1.325 millones-, mientras la económica permanece estar)cada en 1.000 millones, cifras que han incitado a Mubarak a declararse insatisfecho ante EE UU.

Desde entonces, la Prensa egipcia -empezando por Al Akhbar, su más influyente rotativo- reitera a diario que "Mubarak no va a Estados Unidos a mendigar, sino a exigir nuestros legítimos derechos", e insiste en que "los problemas y percances del país son la consecuencia del ciego apoyo norteamericano a Israel".

La obtención de un nivel similar de asistencia a la de Israel que recibirá el año próximo medio billón de dólares más que Egipto sólo para gastos militares- es el objetivo declarado del Gobierno cairota, que recuerda a sus interlocutores estadounidenses que los acuerdos de paz de Camp David de 1979 preveían una ayuda igual para ambos firmantes.

Una asistencia 'comparable'

Tel Aviv tampoco está satisfecho con la suma de la asistencia prevista en el presupuesto estadounidense y se esfuerza por conseguir un aumento del 50% de su ayuda en relación con la del año en curso (estimada en algo más de 2.600 millones de dólares). Preguntado por el Subcomité de Oriente Próximo de la Cámara de Representantes sobre las intenciones de la Administración en relación a Egipto, Richard Murphy, secretario de Estado adjunto, dejó muy claro que no sería equiparado a Israel, aunque se le iba a proporcionar una asistencia comparable.Murphy reconoció la importancia de los problemas económicos de Egipto y señaló que éstos "dominaban el pensamiento de sus dirigentes" en sus relaciones con EE UU. La obsesión egipcia por la ayuda de su aliado es más comprensible si consideramos que las dos principales fuentes de divisas del Tesoro -las remesas de los emigrantes y las ventas del petróleo- acusan una neta tendencia a la baja, mientras la recaudación del canal de Suez parece estancada, aunque las previsiones oficiales apuntan hacia un aumento del 3% para este año. Sólo los ingresos del turismo europeo y norteamericano están en auge.

Además, El Cairo debe devolver a Washington nada menos que 300 millones de dólares de intereses de los créditos concedidos para la modernización del Ejército egipcio, de los que Mubarak pedirá ser exonerado durante su viaje del próximo fin de semana.

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