Dalí y Franco

En la entrevista con Salvador Dalí publicada el 24 de febrero se relaciona la caracterización que hace el pintor del general Franco como un Tancredo con la ópera. Sin duda, se alude a la ópera de Rossini basada en la vida de un rey siciliano medieval, que también había inspirado una tragedia de Voltaire, pero la relación entre ambos personajes permanece oscura para el lector. Creo recordar que no es la primera vez que el pintor ampurdanés hace esta comparación. Me permito sugerir que podría tratarse más bien de la figura bufa de don Tancredo que, al menos hace unos años, era interpretada en algunas novilladas por un personaje que Permanecía inmóvil en medio de la, plaza, sentado en una silla cual estatua, de modo que el cornúpeta llegaba a ignorar su presencia asociándolo a un objeto inanimado. Tal vez el mismo Dalí podría aclarar el sentido de su metáfora. Pero en la versión torera tendría un profundo sentido histórico: el inmovilismo habría sido en gran medida la clave de la permanencia del general Franco en el poder; verlas venir y dejarlas pasar, no tomar ninguna iniciativa, no abordar de frente ningún problema, beneficiarse así indirectamente de sucesos que, a pesar suyo, tuvieron lugar durante su existencia vegetativa (guerra fría y consiguiente decantamiento norteamericano, crecimiento económico europeo y sucesiva arribada de capitales y turistas, etcétera). Algo así como permanecer impasible el ademán, según aconsejaba el himno de Falange. Ya al leerla por primera vez, la analogía de Dalí me pareció extraordinariamente sagaz; tan sugerente como muchas otras intuiciones dalinianas, susceptibles de trastocar interpretaciones más o menos establecidas sobre la realidad.- Josep M. Colomer.