El régimen de Guatemala
Con una esquela publicada en algunos periódicos el día 30 de enero pasado, el nuevo embajador de Guatemala invitaba a una misa "por los fallecidos en la Embajada de España en Guatemala". Ya se ha probado suficientemente que la quema de la Embajada española fue ordenada desde el mismo Gobierno guatemalteco. Parece, pues, el colmo del cinismo y la desvergüenza que invite a un funeral por las víctimas el representante, si no del mismo Gobierno, sí del mismo régimen cuyas violaciones de los derechos humanos (léase matanzas, asesinatos y secuestros) han condenado la ONU (9 de marzo de 1984), los obispos guatemaltecos junio de 1984) y el Papa en carta a los mismos obispos (15, de diciembre de 1984). Muy recientemente, en el poblado de Xeatzán, en Chimaltenango, entraron soldados del Ejército, ahorcaron a 10 campesinos, se llevaron a 30 personas, entre ellas algunos niños, y los fueron dejando mutilados a lo largo de su camino de retirada. Con el gesto del funeral y otros semejantes, el régimen de Guatemala pretende lavar su cara. Sus manos, sin embargo, siguen tintas en sangre- .
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