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El futuro de Chile está en buenas manos, según Motley

Antonio Caño

El secretario de Estado adjunto norteamericano para Asuntos Interamericanos, Langhorne Motley, dijo en la noche del miércoles, poco antes de abandonar Santiago, que "el futuro de Chile está en buenas manos".En una conversación con los periodistas poco antes de finalizar su visita de tres días a Chile, Motley pidió que el Gobierno del general Augusto Pinochet cumpla sus propias promesas de transición, pero precisó que corresponde a los chilenos decidir el tipo de cambio que quieren hacer. El alto funcionario del Departamento de Estado se resistió a criticar el estado de sitio vigente y manifestó de forma genérica que "la libertad de Prensa es parte fundamental del proceso de cualquier país en desarrollo", aunque añadió que había estado en otros países donde no habría sido posible una conferencia de prensa como la que tuvo lugar el miércoles en el aeropuerto Comodoro Arturo Merino Benítez, de Santiago.

Durante las últimas horas de estancia de Motley en la capital chilena fueron arrestadas 30 personas, familiares de detenidos en el campo de concentración de Pisagua, que se presentaron en la tarde del miércoles ante la Embajada de Estados Unidos con intención de entregar un documento al secretano adjunto.

Langhorne Motley dijo que Chile, en los últimos años, ha superado importantes desafíos, y citó específicamente que "en 1973 el pueblo chileno rechazó una forma de gobierno que es ajena a nuestro hemisferio". Desde entonces, según él, "se ha avanzado mucho".

"Yo creo que lo importante es que me lleve de regreso para mi Gobierno la idea de que el futuro de Chile está en las manos de los chilenos, y con eso quiero decir de gente que forma parte del Gobierno, gente que quiere participar en la política, en la economía y en los negocios. Y está en buenas manos".

El secretario de Estado adjunto se ha entrevistado en Chile con el presidente Augusto Pinochet, varios de sus ministros, representantes de la Iglesia, los sindicatos y los partidos políticos de la oposición de centro-derecha. Motley, que evitó los temas más comprometidos, como el estado de sitio, insistió en que había ido a Chile a "escuchar y aprender", y que había logrado su propósito.

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