El sector privado perdió casi 330.000 empleos asalariados durante el pasado año
El sector privado se ha desprendido durante el pasado año de casi 330.000 empleos asalariados, fenómeno inusitado desde el duro ajuste laboral que se registró a finales de la pasada década. La encuesta de población activa que publicó el pasado viernes el Instituto Nacional de Estadística (INE) también ha sorprendido a la Administración porque en 1984 han vuelto a descender los trabajadores autónomos, sector donde se habían situado algunas esperanzas de creación de empleo. Por el contrario, ha crecido el número de empleadores. A todo ello se ha unido para acelerar el paro una menor generación de empleo en las administraciones públicas.
La última encuesta de población activa ha sorprendido a la Administración. Cuando esperaba cerrar el año con un descenso del empleo total de poco más del 1% respecto a los 10.776.500 de ocupados al terminar 1983, la caída ha sido del 3,9%. 0 del 2,8% si se excluye Andalucía y Extremadura, donde los trabajos del empleo comunitario fueron sustituidos desde enero por el subsidio para los eventuales agrarios, quienes presumiblemente han pasado en los datos del INE de ocupados a parados.El Ministerio de Economía y Hacienda descuenta 120.000 empleos comunitarios a la baja de 417.500 que aparece en los datos del INE. Los 297.000 restantes son considerados por los portavoces oficiales como el reflejo de que el ejercicio 1984 ha de figurar "entre los que han experimentado con mayor intensidad los efectos del ajuste económico". Sin dicha exclusión y si la población activa hubiera aumentado normalmente (apenas creció en 18.100 personas, frente a las más de 100.000 en cada uno de los ejercicios anteriores), el año 1984 habría sido el de mayor crecimiento histórico del paro.
Al margen del escaso aumento de la población activa y de la interpretación oficial sobre el empleo comunitario (contado en las estadísticas dentro del sector público), la encuesta del INE revela que hay que remontarse a finales de la pasada década para encontrar en el sector privado los niveles de destrucción de empleo de 1984: casi 330.000 puestos de trabajo asalariados. El INE ha detectado 297.100 empleos asalariados menos (véase columna derecha del cuadro adjunto). Pero fuentes allegadas al mismo han señalado que deben sumarse unos 30.000 por el efecto de la reprivatización de empresas de Rumasa.
El ajuste laboral sigue
Una pérdida de asalariados privados como la de 1984 sólo se encuentra en 1979, año durante el cual la destrucción media de empleo asalariado ascendió a 324.000 empleos. Para ejercicios posteriores, la destrucción de empleo bajó a 282.000 en 1980 (del cuarto trimestre de 1979 al cuarto de 1980), 184.700 en 1981, al año siguiente 129.000 y en 1983 otros 213.000 (en las estadísticas aparecieron 255.300, pero fue el año de la expropiación de Rumasa).Los datos cuestionan las versiones escuchadas el pasado año en medios de la Administración y de la patronal. Decían que las empresas entraron en la presente década con el grueso del ajuste laboral realizado mientras sufrían fuertes elevaciones de los costes financieros, que sólo empezaron a afrontar claramente en 1983 con la dedicación de gran parte de los excedentes empresariales a reducir financiación ajena.
También se desprende de la última encuesta del INE que, frente a lo ocurrido en años anteriores, la destrucción de empleo en el sector privado no ha sido tan compesada por el sector público. En las administraciones públicas ("otros servicios") el empleo sólo ha crecido en 13.600 personas.
De las otras dos novedades descubiertas por la encuesta del INE, una no aparece en el cuadro adjunto: el aumento del número de empleadores en 23.500 personas (hasta 350.200). La otra, en sentido contrario, está reflejada en la columna de los autónomos (empresarios sin asalariados y trabajadores independientes), donde últimamente se detectaba un aumento del empleo, quizá por las nuevas ocupaciones de emigrantes retornados y trabajadores despedidos con indemnización. La Administración había situado en ellos algunas esperanzas para el futuro. Pero durante 1984 han bajado en 25.500, pese a su crecimiento en transportes, construcción y minería. También ha descendido la ocupación en el número de personas que prestan ayudas familiares (55.200 menos que en 1983) y en otras situaciones no reflejadas por el cuadro adjunto (18.000 menos).
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