Cuba y el analfabetismo

Viene de la página 9(Madrid) publicada en EL PAIS del 2 de febrero de 1985.

Estoy pasando lo bueno con los juicios convulsionarios del señor Mauricio Botero, al permitirse referir el trágico y tan burlesco Haití de Baby Doc para buscarse comparaciones con lo que ocurre en la Cuba de Fidel Castro. Igualmente me da la risa el desiderátum fenomenal, pero más bien retrasado con relación al tren de la falsedad hitleriana del señor Botero al afirmar esta monstruosidad inconcebible: "El descenso porcentual de analfabetos que logró Cuba ha sido logrado igualmente por la inmensa mayoría de los países latinoamericanos, con la diferencia de que Cuba acabó con los analfabetos para multiplicar los iletrados, ya que el cubano sólo puede leer y aprender lo que la censura estatal tenga a bien permitirle". Despilfarro impresionante en el arte de ocupar de una manera poco cultural el espacio precioso en un gran periódico.

Sí "la inmensa mayoría" del señor Botero no lo son ni Brasil, ni Guatemala, ni Paraguay, ni El Salvador, ni Perú o Colombia, etcétera, no sabemos cómo situar, geopolíticamente hablando, el espacio sonriente y educador de los regímenes que según el señor Botero habrán hecho, en esa América Latina tan "democrática" y dedicada al pueblo, lo mismo que Cuba ... en "el descenso porcentual".

Es que a mí me parece que el señor Botero quiere (1985), en un país inteligente como lo es España, recuperar de las tinieblas el discurso morbífico y picaresco de la Real Compañía de Comercio (1740), de la que seguramente el señor Botero hubiese sido, en La Habana de entonces, uno de los más dedicados directores y accionistas: gente incapaz de comprender que todo cambia y que es vana toda la tentativa de mantener analfabetos como quien decide el futuro o el destino de los demás...

En el mes de marzo de 1981 estuve en México y me ofrecieron los del PMT (Partido Mexicano de los Trabajadores) la oportunidad de escuchar, en la universidad (UNAM), a varios catedráticos no sólo de México, sino también de Colombia, Perú y Venezuela, que hablaron de la situación real en América Latina en los últimos cuatro lustros. Qué pena, señor Botero, no haber estado usted allí para ayudarnos a comprender "el descenso porcentual de analfabetos". Puede que nos encontremos, a lo mejor, algún día, en esas calles de Guatemala, en los cerros del interior quiché, para no ir más lejos. Entonces veremos, señor Botero, cuántos, además de sacramentar el mito del maíz blanco y del maíz amarillo, saben leer y saben escribir. Cuántos.- Luis Alberto Ferreira.