Hafez el Asad, refrendado como presidente de Siria
Siete millones y medio de electores sirios acudieron ayer por tercera vez a las urnas para elegir, también por tercera vez, a su presidente, Hafez el Asad, de 56 años de edad. Candidato único de un partido que monopoliza el poder, el Baas, el resultado de unos comicios presidenciales que se asemejan a un plebiscito no ofrece dudas. La campaña electoral y las votaciones han servido, sobre todo, para realzar la personalidad del jefe del Estado.
"Cuando escribimos sobre su excelencia no sabemos nunca por dónde empezar", afirmaba esta semana el ministro sirio Yasin Rajuh, dirigiéndose a su presidente en una carta abierta-editorial del diario Al Baas, órgano del partido en el poder en Damasco. Si el titular de la cartera de Información tiene aún dudas sobre el orden en el que debe enumerar los elogios y méritos de Hafez el Asad, la Prensa que controla ha sido menos dubitativa a la hora de pedir en sus titulares de portada un "sí para Asad" o de resaltar en sus columnas que su apellido significa en, árabe león.Otro jerarca del régimen, Ahmed Dergham, miembro de la dirección regional del Baas, también ha sido explícito a la hora de justificar su voto a favor del presidente: "Porque es un líder histórico, arquitecto de una Siria socialista, luchador contra el imperialismo y el sionismo y adversario implacable de los regímenes árabes capitulacionistas".
Anticipando un resultado electoral descontado, toda Siria se ha echado estos últimos días a las calles -galardonadas con banderolas y carteles que piden a los ciudadanos que digan "sí" al presidente- para participar en los mítines y desfiles multitud¡narios que salpican la campaña.
Paralelamente, se ponía en marcha el complejo mecanismo instaurado hace 15 años por el propio Asad para ser elegido presidente. Nombrado a finales de enero secretario general del Baas, Abu Sleiman -como llaman al jefe del Estado sus familiares- fue solicitado días después por el Consejo del Pueblo (Parlamento) para ser candidato a la presidencia. "Acepto la misión", declaró Asad, "porque corresponde al -deseo del pueblo", y elConsejo de: Ministros fijó para hoy la fecha de la elección-lebiscito.
14 años al timón
Elegido una primera vez en marzo de 1971 con el 99,2% de los sufragios, cinco meses después de su victorioso movimiento de rectificación -un golpe de Estado incruentoque le izó al poder-, Asad obtuvo de nuevo la aprobación popular en 1978, y a partir de mañana inaugurará un tercer mandato de siete años.Pero, a diferencia de las ocasiones anteriores, nunca el régímen instaurado por quien a los 34 años fue el general más joven del Ejército sirio había sido tan estable ni gozado de tanta influencia en el mundo árabe. "Por esto, si fuese sirio, le votaría por primera vez", comentaba un diplomátíco acreditado en Damasco. Hace 14 meses Asad estuvo ingresado en un hospital de la capital siria tras padecer dos infartos sucesivos, mientras sus posibles herederos al frente del Estado, su hermano Rifaat y los jefes de las fuerzas militares especiales y de los servicios secretos, Ali Haydar y Ali Duba, libraban en las calles demostraciones de fuerza y avanzaban sus peones para estar listos el día de la sucesión.
A falta del liderazgo del mundo árabe, por el que ha luchado sin tregua, el presidente Hafez el Asad, asombrosamente recuperado de su enfermedad, es ahora un jefe de Estado cuyo régimen casi nadie pone ya en tela de juicio en Síria, a pesar de que el poder permanece en manos de la minoría musulmana alauí -10% de la población-, en un país donde los suníes constituyen la mayoría de la población y donde la décima parte de los habitantes es cristiana.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.