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Un guardia municipal de Burgos mata al dueño de un bar en una discusión de vecinos

José Antonio Miguel Elices, de 31 años, casado y vecino de Burgos, murió en la noche del miércoles a consecuencia de tres disparos de pistola efectuados por F. J. LI. M., policía municipal de 24 años que se encontraba fuera de servicio. El agente forma parte de la escolta del alcalde de la ciudad.Según la versión que circulaba por la zona donde ocurrió el suceso, los hechos se produjeron sobre las 22.30 horas del miércoles en las proximidades del inmueble número 16 de la calle de Fernán González, donde vivía el policía y en cuyos bajos la víctima tenía una barra americana. Los vecinos, mantenían graves diferencias con el propietario del local, José Antonio Miguel Elices, apodado El Campero, que tenía antecedentes penales y que regentaba varios locales de alterne en la ciudad.

En una discusión con uno de los vecinos de la casa -habitada por tres o cuatro familias- el El Campero amenazó a su interlocutor, Teodoro Rodríguez López, de 35 años, y después le hirió, según los hechos denunciados. El vecino presentaba lesiones en el cuero cabelludo y contusión craneal

Al parecer, el altercado, que se desarrolló en la calle, fue escuchado por el policía municipal vecino del herido, quien al enterarse de lo sucedido se sumó a la reyerta. El guardia urbano llegó a realizar tres disparos, que alcanzaron a José Antonio Miguel, a pocos metros del pub. Murió poco después de ser llevado a la residencia sanitaria.

Según todos los testimonios recabados en el lugar de los hechos, una zona situada en las traseras de la catedral donde existen numerosos bares, José Antonio Miguel Elices había tenido numerosos problemas con los vecinos del inmueble por haber instalado en sus bajos el mencionado establecimiento, una barra americana y lugar de alterne. Este pub llevaba abierto aproximadamente un mes, y las relaciones de su propietario con los vecinos, que se negaron a dar cualquier tipo, de información, eran al parecer muy tensas. Según algunas, personas consultadas en la zona, la reputación de José Antonio Miguel no era buena y al parecer había tenido problemas con la justicia, procesado por inducción a la prostitución y corrupción de menores.

El hecho de que el agresor sea policía municipal y miembro de la escolta personal del alcalde -José María Peña, de Coalición Popular- ha cerrado todos los intentos por lograr información de la Policía Municipal y el Ayuntamiento.

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