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Comienza la reunión de países latinoamencanos para buscar soluciones conjuntas al gigantesco endeudamiento exterior

La deuda exterior de América Latina, que suma ya 350.000 millones de dólares (más de 62 billones de pesetas), ha rebasado los límites estrictamente financieros para convertirse en un problema político. Es necesario, por tanto, pasar de las intervenciones negociadoras interbancarias a un diálogo gubernamental del máximo nivel entre las naciones acreedoras y las deudoras. Esta propuesta será una de las conclusiones de la conferencia que celebran desde el miércoles en Santo Domingo los ministros de Finanzas y Relaciones Exteriores de los 11 países más endeudados de Latinoamérica (Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Perú, Uruguay, Venezuela y República Dominicana.Esta reunión sigue a otras dos que a partir de junio se celebraron en Cartagena (Colombia) y Mar del Plata (Argentina). En ambas se analizó el tema de la deuda desde un ángulo preferentmente económico. En los siete meses transcurridos ha habido algunos progresos parciales: bajaron las tasas de interés, aunque más por efecto de la economía norteamericana que por la demanda de los deudores, y los bancos se han avenido a ampliar los plazos de contratación de sus préstamos.

Tres de los grandes deudores (México, Argentina y Venezuela) han reestructurado bajo condiciones más favorables sus créditos y Brasil, que ocupa un liderazgo nada envidiable en la materia, está en trance de conseguirlo. De alguna forma sus respectivos gobiernos han hecho valer ante la comunidad bancaria el peligro que su pondría para la estabilidad financiera internacional el impago de su altísima deuda.

En situación más dificil se encuentran otras pequeñas naciones americanas, que tienen deudas per cápita más cuantiosas, pero que no representan una amenaza para los grandes bancos. De Santo Domingo debe salir un respaldo para ellos, a fin de que puedan renegociar bajo condiciones similares.

Pero todos los ministros que asisten a la reunión están de acuerdo en que la deuda es sólo una expresion de una crisis economica internacional más amplia, derivada fundamentalmente de una injusta relación de intercambio entre el primer y el tercer mundo. La serpiente del diálogo Norte-Sur está detrás de la demanda de una reunión en la cumbre con las naciones más ricas, aunque nadie quiera usar ese nombre por los fracasos con que se cerraron iniciativas anteriores. En cualquier caso, la deuda ha pasado a ser cosa de gobiernos y no de bancos.

Cooperar con Centroamérica

Por otra parte, la Comisión Europea pedirá formalmente en breve un mandato a los 10 países de la Comunidad Económica Europea (CEE) para negociar con las naciones centroamericanas -Nicaragua incluida- un acuerdo de cooperación, informa desde Bruselas Andrés Ortega. Dicho acuerdo debería firmarse en el encuentro que antes del verano reunirá a los diez, España y Portugal, los del Grupo de Contadora y los cinco centroamericanos. Este proceso se inauguró en septiembre de 1984 con una reunión de ministros de Asuntos Exteriores de estos países en San José de Costa Rica.

Claude Cheysson, responsable en la Comisión Europea de las relaciones con America Latina, recibió ayer a embajadores acreditados ante la CEE de 18 países de esa zona del mundo, es decir todos los latinoamericanos -salvo Cuba que no tiene representante ante la CEE.

En esta reunión, "amistosa e informal", se abordaron las consecuencias del ingreso de España y Portugal para las relaciones de la CEE con America Latina, expresando los embajadores el deseo de que este paso refuerce dichos vínculos. Espana, de hecho, ha pedido que tras su ingreso se otorgue un trato preferencial a estos países, trato que España concederá al menos unilateralmente. Cheysson, segun fuentes comunitarias, señaló que no es necesario esperar al ingreso ibérico para reforzar estas relaciones entre la CEE y América Latina.

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