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Reportaje:CIENCIA

La 'supersimetría' acapara la atención de la física de altas energías

Aurora Savoy Navarro, hija de exiliados españoles y sobrina de Santiago Carrillo, ha presentado en el Encuentro sobre Física de Altas Energías los trabajos más recientes realizados por el equipo de Carlos Rubbía -último premio Nobel de Física, con el que lleva colaborando algo más de cinco años-, que se centran en la teoría de la supersimetria. Al encuentro -celebrado en Madrid, en el Instituto de Estructura de la Materia, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas- asistieron más de 50 físicos teóricos y experimentales de distintos países.

En las reuniones de trabajo se discutieron varios aspectos de la teoría de la gran unificación. En ésta se considera que tres de las fuerzas que actúan sobre la materia -la débil, la electromagnética y la fuerte- tuvieron en algún momento magnitud y propiedades similares, a pesar de que ahora se manifiesten diferentes.Carlos Rubbía recibió el Nobel en 1984 porque consiguió demostrar experimentalmente en la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN) parte de esta teoría al descubrir dos nuevas partículas -W (±) y Zº- mediadoras de la interacción débil y electromagnética.

El paso siguiente es unificar la electrodébil y la fuerte, es decir, considerar a éstas como aspectos diferentes de una misma fuerza. Pero la teoría de la gran unificación presenta algunos problemas de tipo matemático, que no se han resuelto más que teóricamente con la llamada supersimetría. Precisamente sobre este último aspecto se han centrado los trabajos de Aurora Savoy, y el resultado de éstos acaparó el máximo interés en los tres días que ha durado el encuentro.

Aunque aún no se ha comprobado su existencia, la supersimetría genera un comportamiento muy especial, que se puede medir en los laboratorios.

La expectación sobre los últimos resultados obtenidos se acrecentó ante los comentarios de algunos de los asistentes de que estos datos iban en la dirección de que se podía confirmar la presencia de la supersimetría. Pero Aurora Savoy quiso ser cauta, señalando ya en el título de su primera intervención -Supersimetría, ¿ahora o más tarde?- que es aún pronto para sacar conclusiones.

"No hay que olvidar", nos dice, "que la supersimetría es una cosa totalmente nueva, y los experimentos hay que confrontarlos con la teoría; pero sólo llevamos trabajando dos años. El desciabrimiento de las partículas W (±) y Zº fue muy rápido, en parte porque tuvimos suerte y se dio una serie de coincidencias". "Mi opinión personal", continúa, "sobre si la supersimetría existe realmente es que no es cuestión de creer o no creer sino de buscar o no buscar. Por el momento los datos que tenemos son una indicación de lo difícil que es confrontar los experimentos con la teoría. Hace falta tiempo para seguir buscando".

"Existen también otras teorías para resolver los problemas de la gran unificación, pero son menos atrayentes. Los físicos experimentales sabemos que con los aparatos actuales podemos originar eventos, pero, en realidad, están muy forzados, no son reales. La partículas se descubrieron en un aparato -el supersincrotón- creado especialmente, pero la teo ría en que nos apoyábamos no era tan ambigua en sus predicciones como la de la supersimetría".

Europa, en cabeza

Cuando estas partículas se descubrieron, The New York Times publicó un editorial titulado 'Europa, 3; EE UU, 0', como un reconocimiento de la ventaja que tomaba la investigación europea en este campo.Esto se consiguió en parte por que el CERN, organismo que cen traliza las investigaciones eu ropeas en física de altas energías cuenta con el acelerador de partículas más grande del mundo.

Situado en la frontera franco suiza, ocupa, con el conjunto de sus instalaciones, más de 500 hectáreas.

"Ahora llevamos cinco años de ventaja", dice Aurora Savoy "pero en Estados Unidos se están construyendo dos colisionadores más grandes que el nuestro. Dentro de 10 años tendrán uno 70 veces más grande. Europa ha demostrado que puede ser dinámica, y no vieja y lenta. Éste es un campo muy competitivo, y dentro de dos o tres años la competición, con la entrada de Estados Unidos, será más dura".

El interés con que se siguen estas investigaciones es lógico, dadas las múltiples aplicaciones que tiene desde el campo de la microelectrónica en los supraconductores, técnicas del vacío, investigación espacial y la industria armamentística.

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