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El secreto oficial sobre la localización de los Pershing 2 aumenta el riesgo para la población civil de la RFA

La postura gubernamental de mantener como secreto oficial los lugares de estacionamiento de las armas atómicas en la RFA, aunque todo el mundo los conoce, incrementa los riesgos para la población civil y dificulta el salvamento en caso de catrástrofe, a tenor del accidente ocurrido con un Pershing 2 en la base norteamericana de Waldheide (RFA) el pasado 11 de enero, que produjo tres muertos y 12 heridos. El diputado socialdemócrata Dietrich Spoeri calificó de "situación kafkiana" esta situación, durante el debate celebrado ayer en el Parlamento federal (Bundestag) de la RFA sobre el caso.

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La sesión de urgencia, a petición de la oposición socialdemócrata (SPEI), se celebró a las ocho de la mañana en el Bundestag ante sólo 50 diputados, que debatieron durante algo más de una hora el accidente del Perhing 2. En la tarde del jueves, el Ayuntamiento de Heilbronn -la localidad más próxima a Waldheide- acordó, por unanimidad, pedir la eliminación inmediata de la base de estacionamiento de los misiles atómícos y la suspensión de toda clase de ejercicios, mientras no se aclare el accidente.La postura del avestruz mantenida oficialmente por el Gobierno de la RFA adquiere rasgos grotescos, ante el accidente del pasado 11 de enero.

Oficialmente, el Gobierno no dice riada sobre los puntos de estacionamiento de las armas atómicas. La consecuencia es que los planes de protección civil desconocen la existencia de esas armas y los puntos donde se encuentran.

El día del mencionado accidente, los bomberos y servicios sanitarios alemanes funcionaron a la perfección y llegaron al lugar del incendio seis minutos después del accidente.

La pregunta que se plantea ahora es qué habría ocurrido si realmente se hubiese incendiado alguna de las cabezas atómicas, que se encontraban en las proxímidades, y se hubiese dado un caso de contaminación radiactiva.

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El diputado Spoeri (SPD) dijo ayer, en su intervención ante el Bundestag, que "en Heilbronn hay un plan de catástrofe desde 1984, en el que no se tiene en cuenta para nada a Waldheide y la base de misiles, sencillamente porque en el plano oficial no se puede saber que hay esos misiles en Waldheide".

La emisora Deutschland Funk (Radio Alemanía) inició ayer su información sobre el debate parlamentario con la pregunta:"¿nos protegen los Pershing o más bien tenemos que protegernos de ellos?'.

El ministro de Defensa, el democristiano Manfred Woerner (CDU), juzgó ayer en el Bundestag un reciente programa de televisión sobre el mismo tema, como un "intento de crear inseguridad entre la población.

Según Woerner, el pasado 11 de enero, "en ningún momento hubo peligro para la población civil, ni existió peligro de radiación". El ministro añadió que Ias armas nucleares están almacenadas bajo las más estrictas medidas de seguridad y protección. En los transportes por carretera y los ejercicios, los misiles no llevan cabezas atómicas".

A pesar de sus críticas, Woerner no respondió a las denuncias fundamentales contenidas en el programa de televisión: la existencia de baterías de cohetes con cabeza atómica montadas cerca del lugar del accidente -según informaciones fidedignas recibidas por este periódico- debido a que una parte de los Pershing 2 están estacionados en situación de alerta.

Las mismas fuentes reconocieron la presencia de los misiles en la base donde ocurrió el accidente, aunque no precisaron la distancia a que se encontraban, ya que su posición se mantiene oficialmente en secreto. La postura del Gobierno, expuesta por Woerner (CDU) en el debate de ayer, está en contradicción total con la de la oposición socialdemócrata (SPD) y de los verdes.La diputada del SPD Katrin Fuchs calificó de "esquizofrénico" el plan de construir un búnker contra la guerra atómica, "cuando ni siquiera en tiempo de paz hay protección contra los accidentes nucleares".

Aclaración del accidente

La oposición socialdemócrata exigió: aclaración exhaustiva del accidente, medidas que garanticen que no se repetirá lo ocurrido, suspensión del estacionamiento de nuevos cohetes y una declaración inequívoca del Gobierno federal de que, en tiempo de paz, los misiles y las cabezas atómicas del Pershing 2 no se encuentren en lugares donde puedan provocar una catrástrofe.El ministro Woerner previno contra los que que tratan de utilizar el accidente para rebrotar la campaña conta el estacionamiento de los misiles de la OTAN en la RFA.

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