La familia de Urteaga ratifica que ETA reclamó 500 millones de pesetas por la liberación del industrial

La familia del industrial Ángel Urteaga, secuestrado hace diez días en Asteasu (Guipúzcoa) por un comando de ETA Militar, ratificó ayer una información publicada por un periódico de Bilbao según la cual ETAm exigió inicialmente 500 millones de pesetas a cambio de la libertad del industrial. Ayer circulaban algunas versiones referentes a la posibilidad de una próxima puesta en libertad del secuestrado al estar avanza das, al parecer, las gestiones de la familia en torno al pago de un rescate sensiblemente inferior al solicitado.Ángel Urteaga entregó tiempo atrás ciertas cantidades de dinero a esa misma organización terrorista, según han indicado fuentes vinculadas a la familia del industrial. El empresario guipuzcoano, simpatizante del PNV, se ha visto forzado en varias ocasiones a entrevistarse en localidades del País Vasco-francés con responsables de ese grupo terrorista.

El portavoz designado por la familia, el abogado eibarrés José Antonio Iñarrairaegui, rechaza sistemáticamente que se haya producido ningún contacto con ETAm. A la vista de estas informaciones, el secuestro del empresario Ángel Urteaga, propietario de Aceros Angel Urteaga SA, puede ser interpretado como una amenaza de ETAm a todos aquéllos que decidieron posponer los pagos o liberarse del chantaje tras la detención y expulsión de Francia de Carlos Ibarguren, Nervios, responsable de finanzas de la organización.

Efectivos de la Guardia Civil y la Ertzantza continúan el rastreo de determinadas áreas del País Vasco y de provincias limítrofes, mientras miembros de la Policía Nacional mantienen un amplio dispositivo de vigilancia en San Sebastián y en otras ciudades vascas. Los servicios de información confirman, a su vez, todas y cada una de las llamadas, apuntando supuestas pistas de los secuestradores que se reciben estos días en los centros policiales.

En los últimos días varios dirigentes políticos vascos han solícitado, por el momento infructuosamente, a la coordinadora de la Carta a los Pueblos del Mundo una declaración pública de condena del secuestro.