El Papa llama a una amplia distensión y ofrece su mediación en Centroamérica
Juan Pablo II, en un discurso pronunciado ayer ante los 111 embajadores acreditados ante el Vaticano, alertó sobre el peligro de limitar el actual proceso de distensión a las dos grandes superpotencias, ofreció la mediación del Vaticano para ayudar a resolver los graves problemas de Centroamérica y se dirigió con palabras de elogio a la República Popular China, a pesar de que no estaba presente en el acto ningún representante diplomático suyo.Al referirse a las conversaciones mantenidas recientemente en Ginebra entre el secretario de Estado norteamericano, George Shultz, y el ministro de Asuntos Exteriores soviético, Andrei Gromiko, el Papa habló de "prudente optimismo"; pero lo que más llamó la atención de su discurso fue el que subrayase que las iniciativas para salvaguardar la paz mundial no deben limitarse a las dos superpotencias. "Esta bipolarización", dijo textualmente Juan Pablo II, "no debe condicionar la libre expresión, el margen de maniobra ni las posibilidades de iniciativa de las demás naciones".
El ofrecimiento de una mediación vaticana en Centroamérica lo hizo tras elogiar el positivo resultado de la última gestión entre Chile y Argentina para solventar el conflicto sobre el canal de Beagle.
El Papa, después de haber presentado a Centroamérica como una de las zonas del mundo donde hay un "mayor sufrimiento humano, junto con Líbano, Irán, Irak, Camboya y Afganistán", afirmó que la Iglesia es consciente de la dificultad de los problemas en aquella región de América Latina, pero añadió que es preciso, precisamente por eso, tener el coraje de afrontarlo. Posteriormente afirmó: "Por eso, la Iglesia, está decidida a ofrecerse como el lugar o la instancia que permita a las partes encontrarse, comprenderse y empezar un diálogo sincero de paz".
Los observadores consideraban ayer en Roma este ofrecimiento de mediación de Juan Pablo II como la gran novedad del discurso del Papa.
También fue muy destacado el saludo cordial enviado por Juan Pablo II a la República Popular China -es la primera vez que esto sucede en un acto de esas características-, ya que el Vaticano mantiene aún relaciones diplomáticas con Taiwan.
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