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El asesino confeso de Popieluszko niega la implicación de las altas esferas policiales polacas en el caso

El capitán de la policía polaca Grzegorz Piotrowski, que el lunes se confesó autor material de la muerte del sacerdote polaco Jerzy Popieluszko, declaró ayer ante el tribunal que juzga este asesinato en Torun que creyó en su día que el secuestro del sacerdote afecto a Solidaridad contaba con el visto bueno de la alta jerarquía policial, pero que, ahora estaba convencido de que no hubo ninguna aprobación de las altas esferas. Piotrowski acusó ayer al sacerdote de poner en peligro la seguridad del Estado.

"Estaba absolutamente convencido de que había aprobación de arriba", declaró Piotrowski, "pero hoy sé y lo sé perfectamente que no hubo ninguna reunión" de la jefatura policial para tratar el caso. Piotrowski es juzgado por asesinato junto con los tenientes Waldemar Chmielewski y Leszek Pekala. El coronel Adam Pietruszka comparece en Torun como instigador de la muerte de Popieluszko. Los cuatro acusados pueden ser condenados a pena de muerte.Al desmentir la existencia de otra responsabilidad superior a la del coronel Pietruszka, de quien dijo era el máximo responsable de la operación, el juez interrumpió al acusado y le inquirió: "¿No hubo nunca una cabeza en este asunto?". Piotrowski contestó: "Quizá es mejor que no hubiera ninguna cabeza". Aunque el acusado, más tarde, añadió en flagrante contradicción con lo anterior que en una de sus conversaciones con Pietruszka sobre las medidas a tomar contra el sacerdote, el coronel le dijo: "No tengo que decirle que esta es una decisión... del más alto nivel o de alto nivel"

Piotrowski se declaró el lunes no culpable de la muerte de Popieluszko, aunque admitiera que había atado al clérigo, le había golpeado y, finalmente, arrojado al Vístula en lo que consideró "actos irracionales" cometidos por ofuscación. El juez le dijo que su pretendida no culpabilidad era ilógica después de lo que acababa de declarar.

El capitán respondió ayer a esta apreciación. "Sabía que las acciones eran ilegales y accedí a hacer algo ilegal... Un pequeño mal era necesario para acabar con un mal mayor", dijo.

Piotrowski, de 33 años, matemático además de policía, que trabajaba en el departamento del Ministerio del Interior encargado de seguir los asuntos de la Iglesia católica, declaró ante el tribunal que estaba frustrado por el fracaso policial en controlar las actividades de Popieluszko. Según el capitán, el sacerdote había estado en contacto con servicios de espionaje occidentales, había intentado organizar células del ilegalizado Solidaridad y había intentado preparar "dirigentes para futuros alzamientos".

El telediario polaco informó anoche del juicio dando exclusivamente cuenta de estas manifestaciones del capitán Piotrowski.

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