Memoria de Mairena

Noche flamenca de Andalucía en Alay, en recuerdo de Antonio Mairena

Cante: Manuel Mairena, Chano Lobato, Romerito de Jerez, Curro de Triana, Nano de Jerez, Tío Juan¡, El Gordo, Aurora Vargas, Antonio de Canillas, Gitanillo de Vélez, Chaqueta de Fuente Piedra, María la Terremoto, María la Burra. Baile: Matilde Coral, Rafael el Negro, El Mimbre, Luisa la Margara.

Benalmádena (Málaga), 22 de diciembre

El baile por alegrías de Matilde Coral puso al personal en pie. Matilde es una bailaora de raza, aunque no lo mamara de sus mayores. Tiene un sentido muy especial de lo jondo, una comprensión estética en que nada es gratuito; cada paso, cado gesto, aun en una línea de sobriedad expresiva que se rompe raramente en algún exceso de arrebato festero, lleva una tremenda carga de sensual comunicación. El espectador se siente inmediatamente tocado. Hay como una fascinación que emana sobre todo de los brazos de la bailaora, de sus manos, las hermosas, increíbles manos de Matilde Coral, acariciando sutilmente el aire, aleteando como pájaros temblorosos.Con ella estuvieron el marido y el hermano. Rafael el Negro es un bailaor a quien los médicos han quitado de bailar. Para un artista convencido esto es siempre una tragedia. En esta ocasión se saltó la prescripción facultativa y nos ofreció un baile por bulerías inspirado, imaginativo, de verdadero maestro. El Mimbre hizo un baile por soleares lleno de saberes, con mucha técnica dentro en algunos pasajes, precisamente aquellos en que me pareció se dejaba ir un tanto mecánicamente por las veredas de un baile muy elaborado.

'Cantaores' de lujo

Tuvieron atrás cantaores de lujo: Chano Lobato, Romerito de Jerez y Curro de Triana. Oírles fue unt fiesta. Chano brilló en todo lo que hizo, como en él es habitual; Romerito fue el cantaor seguro de siempre, y Curro aportó su fuerza y su eficacia. Domínguez y Arriaga pusieron el toque que se requería en cada momento.

Antonio de Canillas abrió el festival con los cantes malagueños en que es especialista: los cantes del Canario, la Trini y el Breva, jaberas, verdiales. Estuvo solvente, matizando muy bien las sutiles diferencias de los difíciles estilos de su tierra.

Manuel Mairena hizo dos partes claramente diferenciadas. En la primera, los cantes, clasificados como flamencos: malagueñas, tarantos, la serrana, la petenera; en la segunda, los estilos básicos gitano-andaluces: soleares, tientostangos, siguiriyas, tonás. Estos últimos son los que él conoce mejor, y se notó, poniendo en ellos grandeza y jondura; me gustó especialmente por siguiriyas, en una larga serie de distintas formas.

El grupo festero de Jerez, con incidencia repetida en los aires navideños propios, de la fecha, no acabó de encontrar su sitio. Sin embargo, pudimos ver algunas pinceladas del gran arte que son capaces de hacer. Fue estremecedor el quejío siguiriyero de María la Terremoto, que tanto recuerda al de su hermano Fernando. La voz agónica de María, la hija del Borrico, que ni es voz ni es nada, anduvo derramando duendes con generosidad. Y la Margara puso el ángel de su baile buleariero.