Un pequeño país del Caribe que tiene en la marihuana su principal producto de exportación
Belice tiene un producto interior bruto de 154 millones de dólares, según datos de 1983. Sus exportaciones oficiales, que en un 55% se canalizan a Estados Unidos, suponen 77,8 millones. La mitad de esa cifra corresponde al azúcar, y le siguen, por orden de importancia, los textiles, cítricos, mariscos, bananas y madera. Un producto subterráneo supera, sin embargo, todas las exportaciones. Se trata de la marihuana, que se cultiva en el norte del país.
La producción del año pasado fue de 700 toneladas, según cálculos de la Comisión Norteamericana de Narcóticos, a pesar de que las autoridades emprendieron una intensa campaña de fumigación con ayuda de México. Este volumen ha aumentado sustancialmente, con toda seguridad, en 1984, ya que, por ser un año electoral, el Gobierno se negó a perseguir los cultivos de cannabis.Las autoridades norteamericanas calculan que la marihuana enviada desde Belice a Miami alcanzará este año un valor superior a los 400 millones de dólares, lo que la convierte de hecho en el primer producto nacional. Ninguno de los dos partidos ha querido pronunciarse públicamente sobre el tema por temor a la pérdida de votos. George Price, el actual primer ministro, laborista, trató de lograr una política de consenso con el conservador Partido Democrático Unido (PDU), pero la oposición se negó a un acuerdo, ya que no se le consulta tampoco en otros temas de interés nacional, como las relaciones con Guatemala.
Esta cuestión ha pasado curiosamente a segundo término durante la campaña, a pesar de que el Gobierno militar del general Mejía Víctores se niega a reconocer la existencia de Belice y de que el compromiso británico de asegurar su defensa, asumido en septiembre de 1981 con motivo de la independencia, supone ciertas dificultades presupuestarias de Londres.
A lo largo del último año el Foreing Office (ministerio de Asuntos Exteriores británico) ha intentado un acercamiento a Guatemala para resucitar un acuerdo que estuvo a punto de formalizarse en 1981 y que en última instancia fue vetado por el Gobierno militar de Romeo Lucas.
Los contactos más recientes no han arrojado progresos en esta negociación, pero permitieron al menos la reanudación de relaciones consulares entre Gran Bretaña y Guatemala. Con vistas al futuro inmediato, tanto Price como Manuel Esquivel, candidato del PDU, desean que, al margen de la permanencia de tropas británicas, Estados Unidos asuma también algún compromiso para evitar una eventual invasión guatemalteca.
La diferencia entre los dos partidos es cuestión de matices. Ambas formaciones están de acuerdo en mantener buenas relaciones con Washington, pero Price pone más énfasis en su no alineamiento.
Al margen de las cuestiones políticas, en estas elecciones desempeña un importante papel el hastío del pueblo, gobernado ininterrumpidamente por Georges Price durante 24 años, con todo lo que ello supone de corruptelas y abusos de poder. El padre de la patria, un ex seminarista que llegó a la política por la vía sindical, se enfrenta por ahora, y primera vez, a una posible derrota.
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