Críticas al plan piloto de recogida y eliminación de residuos sólidos

El plan piloto para la recogida y eliminación de residuos sólidos que pretende llevar a cabo la consejería de Ordenación del Territorio y Medio Ambiente de La Rioja se está empezando a aplicar con bastante retraso y en una zona más reducida de la inicialmente prevista, debido a la oposición que han mostrado algunos municipios a causa del incremento de las tasas de basuras o por la resistencia a que se instale en su término municipal un gran vertedero para toda la comarca.

El proyecto inicial contemplaba la instalación de tres grandes vertederos comarcales, controlados uno en la Rioja alta, otro en la Rioja baja y el tercero en Logroño.

El primer intento de realizar el proyecto con carácter experimental en la Rioja baja ha quedado aplazado ante la resistencia mostrada por la corporación de Calahorra, después de varios meses de negociación, a controlar mejor su vertedero y darle un carácter comarcal. El consejero de ordenación del Territorio y Medio Ambiente, Luis Montejo, ha recurrido a razones de corte antropológico para explicar esta negativa. "El problema que subyace", ha señalado, "es la resistencia a asumir las basuras de los demás".

Después de dejar aparcado el proyecto de la Rioja baja se inició la operación entre los municipios que rodean a Logroño, proponiéndoles sellar sus vertederos locales para evitar problemas de contaminación y trasladar su basura al de Logroño, que cobraría un canon por su utilización. En principio, sólo seis localidades de las nueve inicialmente previstas han dado su conformidad al plan. El resto se ha descolgado por motivos económicos, ya que los pueblos disfrutaban de tasas de basura reducidas porque solo hacían la recogida y no el tratamiento de sus vertidos.