Recuperación del cine argentino
Asesinato en el Senado de la nación, película del director Juan José Jusid que Argentina presenta a concurso, fue ayer motivo de la mayor parte de los comentarios en torno a las producciones que compiten por el Colón de Oro del jurado y del público en la décima edición del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva.El filme, que se enmarca en la década de los años treinta, está basado en un hecho real, el asesinato del senador Enzo Bordabhere; pero su director insistió ayer en proyectarlo hacia la situación actual de Argentina, la de la inseguridad, el temor y, al mismo tiempo, la ilusión por el futuro. Para Jusid, el cine argentino ha iniciado, tras la desaparición de la dictadura militar, un proceso de superación que empieza ya a notarse, "aunque hay que amortizarlo desde fuera del mercado nacional".
Por su parte, uno de los nuevos realizadores españoles, Antonio Cabal, que presenta a la sección informativa la película Sáhara, explicó ayer el duro proceso de su rodaje, con un presupuesto de 52 millones de pesetas, durante cuatro meses en pleno desierto "que nos llevaron a situaciones límite". El filme ofrece un extraordinario documento de aquella zona, desde los tuaregs a los piratas del desierto, aunque la historia que narra, el amor entre dos jóvenes aventureros, se vislumbra de forma incontrolada, perdida entre las propias imágenes de las arenas desérticas.
Werner Herzog tuvo ayer su sitio en este certamen con la película La balada del pequeño soldado, ofrecida en versión original, sin ningún tipo de traducción, lo que supuso la sola presencia de cinéfilos conocedores del idioma y amantes del director alemán, autor de Aguirre o la cólera de Dios.
El cine europeo continuó con El fin del caserio Berhorf, del checoslovaco Jiri Svoboda, gran premio del Festival de Karloby Vary, que relata una historia ambientada en 1945, en plena posguerra, con la violencia política que se introduce en el seno de una familia campesina y la enfrenta a sí misma.
18 proyecciones
Para hoy la organización ha previsto 18 proyecciones, entre ellas Los herederos, película austriaca de Walter Bannert, premio Nueva Cinematografía del Festival de Montreal 1984, con un argumento de cercanas apariencias: el montaje de una organización juvenil deportiva en la que se encierra una maquinación patrocinada por la extrema derecha heredera del fascismo. La película, por los aún recientes comentarios sobre su dureza sin concesiones, ha levantado la lógica expectación.Como películas a concurso se proyectarán hoy Por los caminos verdes, de la directora venezolana Marilda Vera; Los chicos de la guerra, de Bebé Kamin, representante de Argentina; Diles que no me maten, del también venezolano Fredy Siso, y Habanera, del cubano Pastor Vega.
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