La credibilidad de Mitterrand, amenazada por la presencia libia en Chad
La operación Manta 2 puede estar a punto de ponerse en marcha, es decir, que tropas ftancesas pueden volver a Chad para contener a los aproximadamente 1.500 o 2.000 soldados que ha mantenido Libia en ese país africano, incumpliendo así su compromiso con Francia. Los franceses se sienten humillados, ridiculizados y engañados por el líder libio, coronel Muammar el Gaddafi, y la credibilidad del presidente de la República, François Mitterrand, sufre las consecuencias, que se consideran catastróficas en el plano interior y en el internacional.
([El propio jefe de la revolución libia reconoció ayer que algunos de sus soldados continúan en el norte de Chad "por razones de logística", pero aseguró que cumplirá el acuerdo de retirada contraído con Francia. Al término de una visita de tres días a Malta, Gaddafi se declaró amigo de Francia e insistió en que retirará sus soldados de Chad, informan Efe y Reuter.])El ministro de Defensa francés, Charles Hernu, y el jefe del Estado Mayor de las fuerzas armadas francesas, general Jeannou Lacaze, permanecieron ayer en Yamena, capital de Chad, en lo que se ha interpretado como el preámbulo de un nuevo compromiso militar de Francia en aquel país.
[El tema de Chad estaba previsto que se tratase ayer en Washington por el ministro francés de Asuntos Exteriores, Claude Cheysson y su homólogo de EE UU, George Shultz. París no ha ocultado su malestar por el hecho de que el Departamento de Estado norteamericano revelase la presencia de fuerzas libias en Chad en vísperas de la cumbre Mitterrand-Gaddafi. Cheysson dijo ayer antes de su conversación con Shultz que los norteamericanos no tienen nada que ver en el conflicto de Chad, según France Presse desde Washington.]
La operación Manta 2, desarrollada en el verano de 1983, tenía por objeto impedir la invasión de Chad por las tropas de Gaddafi. Los franceses desplegaron en el territorio chadiano 3.200 soldados, aviones, helicópteros y material pesado; se trató de la intervención militar más importante de Francia en el extranjero desde el final de la guerra de Argelia, en 1962.
El pasado día 16 de diciembre, París y Trípoli suscribieron un acuerdo para la retirada militar de Chad.
Francia cumplió su palabra, pero Libia no. A pesar de ello, Mitterrand se entrevistó el pasado jueves con Gaddafi en Creta, y Claude Cheysson afirmó que los libios habían retirado todas sus tropas de Chad.
A su regreso de Creta, el propio presidente francés desmintió a su ministro de Asuntos Exteriores, al confirmar que alrededor de tres batallones de soldados libios permanecían aún en territorio chadiano. En París se creyó que Mitterrand había presionado a Gaddafí para que abandonase el suelo chadiano, pero hoy el máximo dirigente de Libia aparece ante los ojos de los franceses como el jugador que se ha burlado de Francia y de Mitterrand.
La opinión de todos los colores políticos se extraña de que Cheysson, que durante cuatro días por lo menos engañó a los franceses, no haya dimitido (según distintas fuentes, su relevo por el ministro de Asuntos Europeos y portavoz gubernamental, Roland Dumas, está previstó para muy pronto).
Los franceses no comprenden tampoco cómo Mitterrand ha podido dejarse engañar por Gaddafi, quien ha probado reiteradamente que su firma al pie de un contrato vale lo que le conviene a él en cada instante
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