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SANIDAD

Los médicos que trasplantaron un corazón de mandril a un bebé, acusados de aprovecharse de los padres

Una información difundida por la cadena norteamericana de televisión NBC afirma que los padres de Baby Fae, la niña a la que se le trasplantó un corazón de mandril, tenían problemas con la ley en el momento del parto y que esto pudo influir en su decisión de autorizar a los médicos para que efectuaran la operación. Se ha levantado una polémica sobre la manipulación que los cirujanos del hospital pudieron hacer de la situaci6n a fin de conseguir el permiso de los padres para operar. Mientras, la pequeña se recupera del episodio de rechazo que sufrió el lunes pasado, a pesar de que, según los médicos, el aumento de la dosis de ciclosporín-A, la nueva droga antirrechazo, puede producir daños irreversibles.

Según la NBC, los padres de Baby Fae, que desde el principio han decidido permanecer en el anonimato, eran solteros y vivían separados en el momento del parto. Ambos tenían problemas con la ley: el padre por conducta desordenada y la madre por firmar cheques sin fondos. El especialista en temas médicos de la citada cadena televisiva insinuó también que el equipo médico dirigido por el doctor Bailey podía haberse aprovechado de la problemática situación de los padres para conseguir que accedieran al trasplante.El miércoles, el doctor David Hinshaw, de la universidad de Loma Linda, concedió una conferencia de prensa sobre el caso en parte para anunciar los progresos con respecto a¡ rechazo del nuevo corazón que la pequeña Baby Fae sufrió el lunes pasado y que parece estar superando. Hinshaw también quiso responder a las críticas que sobre los aspectos éticos de la operación han generado las informaciones de la NBC.

Sobre lo primero, el doctor Hinshaw anunció que la niña está dando señales de que superará los síntomas de rechazo. El aumento de la dosis de ciclosporin-a, la nueva droga antirechazo, así como el haber puesto otra vez a la niña en el respirador artificial -a régimen de oxígeno puro, para reducir su gasto energético y de calorías y evitar infecciones presciendiendo de los antibióticos- ha dado como resultado que los análisis inmunológicos vuelvan a dar los mismos resultados que antes de la crisis de rechazo del pasado lunes.

Los médicos reconocen ahora que debieron haber aumentado la dosis de ciclosporin-a antes de que el rechazo se produjera, pero el temor a su toxicidad, que podía haber provocado complicaciones en los riñones, les impidió hacerlo.

A este respecto el doctor Hinshaw indicó que, a pesar de todo, el organismo de Baby Fae podía haber sufrido daños irreversibles, porque todo episodio de rechazo, si es grave, puede generarlos. En este sentido, la producción de orina de la pequeña sigue siendo insuficiente, lo que podría ser un síntoma de complicaciones renales.

Problemas éticos

En cuanto a los aspectos éticos de la operación, en relación con las informaciones difundidas por la cadena NBC, el doctor Hinshaw se mostró indignado con las implicaciones de manipulación médica que de éstas se desprendía.

Aseguró que en ningún momento el equipo médico conocía los hechos de los que ahora se acusa a los padres de la pequeña, e indicó que "estamos decepcionados e indignados con el reportaje, porque ha conseguido crear entre nosostros una sensación depresiva".

"No sabíamos nada sobre los problemas de los padres", insistió, "e, incluso si fueran ciertos, serían completamente irrelevantes con respecto al tratamiento de Baby Fae". Sobre las acusaciones de oportunismo y manipulación de padres con problemas sociales o económicos para llevar a cabo experimentos, Hinshaw se mostró también explícito; "Cuestionar este tipo de circunstancias y acusarnos de manipular a los padres, equivale a atacar a la misma base de toda la práctica de la medicina en la civilización occidental".

El doctor Hinshaw, sin embargo, se negó a informar sobre las circunstancias en que los padres de Baby Fae accedieron a que le fuera implantado el corazón de un mono mandril. Portavoces del hospital de Loma Linda han reconocido ahora lo que habían negado en un principio: que los padres de la pequeña, aquejada de una deformación cardíaca incurable, poco antes de realizarse el trasplante se la llevaron consigo para que muriera en su casa.

Esta polémica ha hecho qué se desvelaran algunos datos personales del caso, como confirmar que la madre vive separada del padre, tiene 23 años y otro hijo de dos años de edad y está desempleada, así como que los dos primeros nombres de la pequeña son Stephanie Fae. Varias organizaciones caritativas de la localidad de Barstow, donde vive, han recolectado 6.000 dolares para ayudarla, aunque el hospital está corriendo con todos los gastos de la operación.

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