La policía soviética trata de mejorar su imagen
La policía soviética trata de mejorar su imagen pública presentándose como un cuerpo moderno, menos vulnerable a la corrupción y capaz de defender al ciudadano ante una delincuencia común (especialmente robos) de la que cada vez se habla más en los medios de comunicación. En diversos artículos aparecidos en la Prensa con ocasión del Día de la Policía, celebrado el 10 de noviembre, los agentes del Ministerio del Interior, que dirige Vitali Fedorchuk, aparecen como profesionales cualificados, responsables y hasta heroicos.
Salvando el tiempo y las distancias, el responsable policial de un barrio de Moscú señalaba recientemente en el periódico Cultura Soviética que es dificil no estar de acuerdo con que "el auténtico Sherlock Holmes es soviético".Tras una campaña de limpieza en el interior del Cuerpo iniciada hace dos años bajo los auspicios del anterior líder soviético, Yuri Andropov, el órgano del partido comunista, Pravda, reconocía hace unos días que sería todavía "apresurado declarar que las actividades de los órganos de asuntos internos (policía) responden plenamente a las exigencias y tareas establecidas por el partido comunista".
El diario reflejaba una mejora en la actuación policial y en la selección de los agentes, al tiempo que les advertía sobre la necesidad de mantener una estoica inmunidad y una "resistencia psicológica contra los fenómenos negativos con los que han de enfrentarse en la lucha contra la criminalidad".
Entre los objetivos principales de la milizia (policía) en la actualidad, Pravda citaba el reforzamiento de las medidas contra los sobornos y la especulación; la lucha contra el gamberrismo, el alcoholismo, el parasitismo y el robo de propiedades, del Estado, así como el abuso de cargos públicos.
El caso Sholokov
En este contexto se ha anunciado que el exministro del Interior N. A. Sholokov, considerado como uno de los protegidos de Breznev, ha sido desposeído de su grado de general por abuso de su cargo y por constituir un descrédito para el Ejército. Sholokov, ministro del Interior entre 1966 y 1982, había sido la víctima más destacada en la campaña anticorrupción del fallecido Andropov cuando éste era jefe del Comité de Seguridad del Estado, (KGB). El antiguo ministro fue, al parecer, sometido a investigación por haber desviado en provecho propio 20 automóviles de la policía. De Sholokov se dijo que había protegido a varios importantes funcionarios de las investigaciones del KGB.Desde su destitución, el ex ministro Sholokov había desaparecido por completo de la vida pública. Fuentes bien informadas opinan que la tardanza en actuar contra su persona ha sido un reflejo de las vacilaciones y la falta de costumbre en proceder disciplinadamente contra un alto cargo.
Medios soviéticos se muestran, sin embargo, escépticos sobre la profundidad y alcance de la campaña anticorrupción e insisten en que debe aumentarse más bien el sueldo de los agentes. Refiriéndose a la policía de tráfico (GAI), algunos conductores creen haber notado que los agentes muestran de nuevo más propensión a aceptar la pequeña propina del infractor que a extender la multa adecuada en el correspondiente recibo.
Esta situación se produce precisamente cuando la delincuencia, y sobre todo los delitos contra la propiedad estatal, parece haberse convertido en un importante motivo de preocupación de las autoridades soviéticas. En una sorprendente entrevista a finales de agosto, el ministro Fedorchuk señalaba que el 40% de las pérdidas materiales en el transporte por ferrocarril se debe a los robos. El periódico Industria Socialista narraba recientemente la actuación y detención de una banda de ladrones que operó impunemente en un trayecto en el sur de los Urales con la complicidad de los maquinistas. El periódico se refería también a la existencia de empresas que expiden vagones semivacíos (que después son, supuestamente, asaltados) declarando cantidades de mercancías muy superiores.
Entre los delitos contra la propiedad de los que habla la Prensa soviética hay hurtos de piezas de repuesto de coche (esto a gran escala en las empresas de producción de automóviles) y la canalización hacia el mercado negro de mercancías deficitarias destinadas a los comercios del Estado.
Otras noticias hablan de asaltos a mano armada, robos de coches y desvalijamiento de apartamentos. Esto ha sembrado verdadero temor entre los vecinos de la periferia de Moscú, obsesionados por reforzar sus puertas y comprar nuevos cerrojos.
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