'Teología de la liberación'
El debate sobre la teología de la liberación no ha hecho más que comenzar en España. En este artículo, 22 teólogos replican a dos miembros de la jerarquía de la Iglesia que se mostraron recientemente muy críticos contra esta corriente teológica.
Tres periódicos (EL PAIS, Ya, Abc) dieron noticia de la mesa redonda que en torno al tema de la teología de la liberación desarrollaron Emilio Benavent, obispo; Julián Marías, filósofo y miembro de la Academia Española, y Fernando Sebastián, obispo secretario de la Conferencia Episcopal. El lugar para esta conferencia fue el hotel Miguel Ángel (cinco estrellas). La entrada para la mesa-cena era libre (precio, 3.000 pesetas).Ante la noticia aparecida en los periódicos nos interesamos por conocer el contenido de los participantes en la mesa. No es la primera vez que oímos o leemos acusaciones contra la teología de la liberación. Y nos damos cuenta de que algunas de estas acusaciones, dichas por altos representantes de la Iglesia y luego recogidas con amplitud por los medios de comunicación, pueden sembrar confusión y malestar en muchos cristianos de buena fe.
Con este sencillo comentario intentamos un apoyo y clarificación, modestos ciertamente, a la duda o desconcierto que puedan abrigar cristianos españoles.
1. Por lo que a nosotros consta, podemos afirmar que los teólogos de mayor calidad e importancia de Europa no han puesto ningún reparo a la teología de la liberación. Citamos sólo algunos, testimonios: "La teología de la liberación que Gustavo Gutiérrez representa es del todo ortodoxa" (Rahner). "Las acusaciones que le son hechas a la teología de la liberación no tienen fundamento" (Duquoc). "La teología de la liberación está más que justificada y tiene de mi parte, toda mi adhesión y simpatía" (Alfaro).
2. Por el contrario, los ponentes de la mesa que comentamos pronunciaron juicios tan severos como los que siguen acerca de la teología de la liberación.
Emilio Benavent: "La teología de la liberación realiza la reducción político-social del Evangelio, de la Salvación, de la misión de la Iglesia y del reino de Dios". "Entiende el pobre sólo económicamente". "Realiza la asunción acrítica y romántica de unos mitos y de unos criterios marxistas". Julián Marías: "En esta teología, Dios prácticamente desaparece, no hay referencia a Dios; desde luego, no hay ningún estudio de su realidad, de su naturaleza, de sus relaciones con el hombre". Éste es un movimiento no claro, detrás del cual veo motivos no religiosos, veo la ausencia de Dios, veo la ausencia de la condición radical del cristianismo que es el amor". Fernando Sebastián: "Desde el punto de vista metodológico y de técnica, la teología de la liberación me pareció siempre mala". "Omite. los aspectos fundamentales, que son los aspectos contemplativos y rememorativos de la teología. Estos teólogos quieren provocar un despertar, un movimiento de solidaridad, de caridad eficaz, eficaz a corto plazo, para provocar un cambio, una revolución en sus sociedades... Con lo cual a mí me parece que está ya radicalmente pervertida la naturaleza de la teología". "Se ha querido establecer una teología de las añadiduras (buscad el reino de Dios y lo demás se os dará por añadidura) que consisten en la transformación de las estructuras. Éstas ocupan el objetivo central y no el amor al prójimo. Con lo cual se verifica un descentramiento del cristianismo... Se omiten cosas fundamentales y fundantes de la existencia cristiana. El misterio de la Santísima Trinidad ha sido siempre la estrella y la pasión de todo teólogo de raza y, sin embargo, esto no entra, porque para cambiar la sociedad e implantar el socialismo da lo mismo tres personas que siete. Éste es un tema que no aparece . "No aparece la teología de la muerte de Cristo. Y el de la Pascua es un sentido secularizado, casi, casi la sociedad sin clases".
"Hay en ella casi un endiosamiento del hombre y de la sociedad". "Lo quieran o no los teólogos de la liberación, sus ideas conducen a una1emporalización del cristianismo... en virtud de la cual todas las categorías y conceptos venerables del cristianismo adquieren una nueva definición, una definición absolutamente intramundana". "Hay una discriminación secularizadora de todo el mensaje y la revelación cristiana". "Esta teología conduce en sus resultados a una perversión muy profunda de le que es realmente el cristianismo".
Consideramos que los autores de estas afirmaciones tienen la obligación de aducir -públicamente y en el mismo tono de seriedad con que han formulado sus acusaciones- las pruebas en que se basan para descalificar tan dogmáticamente a los teólogos de la liberación. Nosotros, entre tanto, y desde el conocimiento que nos acompaña, las rechazamos por infundadas y falsas.
3. Nos preocupa que ciertos teólogos, lleguen a pensar que su manera de hacer teología sea la única ser¡ a y válida y se erijan, sin título, en jueces de toda otra clase de teología. En plan de autoexamen nos atrevemos a sugerir esta pregunta: ¿desde qué lugar, desde qué óptica, desde qué posición e intereses están -y es tamos nosotros haciendo teología? ¿Tienen la visita, el corazón y el alma en la causa, los intereses y los sufrimientos de los pobres? ¿Cuáles son sus producciones teológicas a partir de esa realidad? Si no es así, ¿a qué otra causa, intereses o expectativas están sirviendo?
4. Nosotros por lo menos, no nos consideramos con derecho para juzgar a aquellos hermanos nuestros teólogos que con un testimonio admirable de vida y de entrega están acompañando con su solidaridad y reflexión teológica a otros hermanos creyentes. En este caso nuestro derecho es únicamente el del reconocimiento y del agradecimiento y del estímulo fraterno para que sigan firmes y esperanzados en su lucha teológica contra la opresión y la injusticia. Nos resulta enteramente claro que su teología está hecha desde la palabra de Dios, desde el seguimiento de Jesús y desde el mandato evangélico del amor universal que en nuestra sociedad induce a la opción preferencial por los pobres.
5. Nos tememos que estos reparos o descalificaciones que se están haciendo contra la teología de la liberación para lo único que puedan servir sea para estas dos cosas: para retardar o eludir la conversión de la Iglesia a los pobres y justificar, aunque sea veladamente, los intereses de los grandes y opresores.
6. Estamos por una Iglesia según el Vaticano II, que desde la fidelidad al Evangelio ha superado cierto papel suyo de apoyar o legitimar poderes políticos opresores y asumir como propia la causa de los oprimidos, poniéndolos a ellos en el centro de su vida y de su mensaje.
Estamos por una Iglesia que deja de autocontemplarse, cerrada en sí misma, como sociedad perfecta, con afanes de exclusión y dominio, y pasa a colocarse en medio de¡ mundo para anunciar libremente el Evangelio con respeto, colaboración, hermandad y servicio.
es el primer firmante de este artículo, del que son autores los también teólogos, miembros de la Asociación de Teólogos Juan XXIII, José Luis Barbero, Luis Briones, Gilberto Canal, Victoriano Casas, José María Castillo, Casiano Floristán, José Espeja, Benjamín Forcano, Manuel Fraijo, José Antonio Gimbernat, José Gómez Caffarena, José María González Ruiz, Manuel Guerra, Julio Lois, Eduardo Malvido, Gregorio Ruiz, Juan José Tamayo, Fernando Urbina, Rufino Velasco, José Vico y Evaristo Villar.
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